1 a 1. Paraguas sancarleño resiste el aguacero morado
El Deportivo Saprissa tiró todo su arsenal en la segunda parte, pero no pudo pasar de una paridad a uno que deja la final del Clausura abierta, por resolverse este miércoles en San Carlos. La solidez táctica de Luis Martín soportó los embates ofensivos del «Paté» Centeno. La moneda sigue en el aire.
A las 4 en punto, un bombardeo tremendo, incesante, pero no de tiros a marco, sino de lluvia, aplazó el comienzo del esperado cotejo, aumentando las dosis de ansiedad en ambos equipos y en los aficionados pendientes del desenlace del Clausura.
Que a las 4.10 primero; luego, que a las 4.30; posteriormente, que a las 5pm. Que a las 5.30. Las versiones iban y venía y la incertidumbre crecía. La hinchada se guarecía debajo de las tribunas y el agua había lavado el entusiasmo inicial, dándole lugar a la impaciencia.
Por fin, la final arrancó a las 6pm, dos horas después de lo previsto, con cancha mojada, rápida como Bolaños que se escapó por derecha al 4′, propiciando la primera jugada de peligro, que culminó Venegas con un disparo ligeramente desviado.
Saprissa arrancó relampagueante, pero, como la lluvia, su asedio fue amainando y, poco a poco, San Carlos contuvo mejor los embates y, por consiguiente, el cotejo se tornó turbio, denso con la niebla que tendió a caer sobre la húmeda superficie de «La Cueva».
Réplicas y contra réplicas
Y, de pronto, un trueno ensordecedor: el de la minoritaria, pero bulliciosa barra norteña, cuando Mena aprovechó un involuntario «pase gol» del morado Guzmán para fusilar a Gómez. Por anticipar a Saborío, Juan Gabriel entregó a su zaga. 0 a 1 al 42′. Para los tibaseños, un baldazo más frío que el de agua que cayó minutos antes.
Al 53′, dándose cuenta que San Carlos era un muro, «Paté» sacó al hombre de la «torta», Guzmán, e incluyó al catracho Rubilio, maniobra de riesgo: atacante en lugar de contención. Cuatro minutos después, Aubrey cedió su puesto a Suhander: salió un lateral defensivo por un extremo izquierdo.
El todo o nada de Centeno surtió efecto. El hondureño martilló con la testa primoroso tiro de esquina de Angulo y batió a Madrigal con disparo ajustado a la raíz del vertical derecho (1 a 1, al 64′).
Marín le respondió con cautela, al sacar al extremo Leal para colocar al defensor Brenes, formando línea de cinco en zaga, y a los ofensivos Mena y Madrigal por el contención Cunningham y el volante Chirino.
Defensa contra ataque, porque Walter, en cambio, incluyó al delantero que le faltaba: Arrieta. Y Marín se salió con la suya, porque el marcador no se movió más, y ahora la final del Clausura se resolverá este miercoles en Ciuidad Quesada. Si Saprissa gana, prolonga el torneo a una serie adicional; si lo hace San Carlos, habrá nuevo campeón.