El hombre de confianza de Óscar Ramírez en la zaga costarricense, Johnny Acosta, es carne de cañón siempre que se equivoca ataviado con la camisa roja. Y hasta cuando no falla.
El pasado martes 13 de junio no fue la excepción, cuando un mal pase suyo derivó en el 1 a 1 parcial a favor de Trinidad y Tobago (a la postre, Costa Rica ganaría 2 a 1).
Nadie reparó en que el disparo de Kevin Molino lucía «atajable» para Keylor Navas, a quien la bola se le escurrió debajo de los guantes. No. Los lásers de los críticos apuntaron a la frente de Acosta.
Claro, Navas había realizado cuatro paradas de mérito, realmente brillantes, antes del disparo rastrero de Molino que se coló junto a la raíz del poste derecho.
De seguro, los «paradones» son muy visibles, Navas es muy querido por la afición y posiblemente no se trató de un error garrafal, sino de un disparo complicado, potente y con balón mojado.
Empero, también es válido decir que Acosta, no solo contra los trinitarios, sino en el partido que Costa Rica empató con Panamá, 0 a 0, el jueves 8, tuvo una gran actuación, y que no se le debe juzgar tan solo por el error de marras.
Ramírez lo defendió con encono en conferencia de prensa. «Contra Panamá, el mejor jugador defensivo fue Johnny Acosta», dijo el «Machillo», poco proclive a individualizar, salvo esta vez. «Los cortes que nos hizo, los quiebres hacia el medio», subrayó.
En efecto, Acosta fue clave en el reacomodo que tuvo que hacer Costa Rica ante los canaleros, para mantener el equilibrio después de la expulsión de Giancarlo González comenzando la complementaria, que dejó a los nuestros 11 contra 10 durante el resto de la contienda.
Contra los trinitenses fue similar. Agobiado por la obligación de ganar, Ramírez alineó con un solo volante de contención y los caribeños generaron mucho peligro vía contraataque. ¿Quién le ayudó a Celso Borges a sacar agua del bote? Acertaron: Acosta. Una vez más, fue el más aplomado de la zaga, el que más balones peligrosos interceptó.
Sobre el yerro que derivó én el 1 a 1, Ramírez sostuvo que «hasta los grandes han fallado. Yo tengo que entender la parte humana y veo que es muy exagerado las cosas buenas que él hace comparadas con las malas».
Sin que Acosta sea santo de mi devoción (sueño con una tripleta defensiva integrada por Waston, González y Duarte), tengo que reconocer que Johnny le ha cumplido bien al «Machillo». Además de este par de encuentros, donde el punto sucio no debe desviar la mirada de la hoja blanca, recuérdese el partido en Kingston, de la cuadrangular semifinal, cuando terminó jugando de lateral izquierdo por primera vez en su carrera y hasta convirtió el 1 a 1 salvador ante Jamaica. Respuesta: mérito propio.
