Baldazos

Sapri-Sele vs. Liga-Sele

Cuando juega la Selección Nacional, el uniforme es rojo, azul y blanco. Ya no se trata de morados, rojinegros, rojiamarillos ni blanquiazules.

Sin embargo, por lo leído en redes sociales, parece que el «análisis» de muchos cibernautas se centra en el club de procedencia de los jugadores y no del funcionamiento del equipo como tal.

Aquí mismo, en el Facebook de Columbia Deportiva, vemos cómo un día sí (¿y el otro? ¡también!), los comentarios de quienes apoyan o cuestionan a X o Y jugador depende del color de quien opina y del club al que pertenezca o de dónde proceda el futbolista.

Si, por ejemplo, quien está bajo la lupa es el manudo Kenner Gutiérrez, muchos alajuelenses suelen salir en defensa del zaguero, mientras que quienes lo adversan -vaya «casualidad»- suelen ser saprissistas.

A la inversa, sucede exactamente igual. Si el objeto de análisis es el ex delantero de la «S», Ariel Rodríguez, no faltan críticos «curiosamente» identificados como manudos, mientras que sus defensores a ultranza suelen ser seguidores del «Monstruo».

En periodismo, no podemos actuar así. A nosotros no nos importa la procedencia del jugador, sino el funcionamiento como tal, individual y colectivamente. ¿Quién quitaría de la Selección Nacional al ex arquero morado Keylor Navas o al ex cerebro de la Liga, Brya Ruiz? 

De la misma manera, si se destaca que David Guzmán pasa por un excelente momento deportivo no es por saprissismo, como tampoco es por liguismo que se reconoce que Kenner Gutiérrez ha dado la talla como central ante la necesidad de ubicar a Francisco Calvo como lateral, tras las lesiones de Ronald Matarrita y Bryan Oviedo.

Tampoco es ser anti-herediano si se comenta que Randall Azofeifa ha bajado su nivel futbolístico con la selección, al punto que Guzmán parece estarle ganando la partida para hacerse con un puesto en la hexagonal como socio en recuperación de Celso Borges, ni es anti-cartaginés quien opine, con argumentos, que el CSC no tiene en este momento un jugador que esté haciendo mérito para ser titular en Copa Oro o eliminatoria.

Pemberton; Salvatierra, González y Acosta se conocen bien, por haber jugado juntos en Alajuelense y al mando del «Machillo» Ramírez, por lo que es normal, lógico, comprensible y adecuado que Óscar acuda a quienes le dan confianza. Pero no es argolla: Los ex morados Waston y Calvo completan la zaga ideal de lo disponible en el torneo de Concacaf, con Guzmán delante de ellos, a lar de Tejeda (también ex saprissistas). Hasta aquí, iríamos «4 a 4».

El capitán Bryan Ruiz es incuestionable, y ante la plaga de lesiones, Marco Ureña podría ser un candidato lógico para hacerse con un puesto de mediapunta (en ausencia de Rodney Wallace, Joel Campbell y Johan Venegas), con Ariel Rodríguez o David Ramírez en la posición de «9». Es decir, 6 a 5. O si quieren, pueden quitar a Yeltsin para ubicar a Azofeifa y terminar la conformación en un 5 a 5… y un florense. Pero, claramente no viene al caso. 

Si los 11 mejores jugadores del país fueran de Carmelita, Puntarenas, Limón o del equipo que sea, pues que jueguen esos y punto. La procedencia, con Selección Nacional, no tiene relevancia.

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