Roger Guevara: »Lo que ellos hicieron fue una narración sin ningún afán de difamar y mucho menos ofender»
Roger Guevara, es uno de los abogados de los exfederativos Adrián Gutiérrez y Juan Carlos Román, en el juicio donde los jugadores Bryan Ruíz, Celso Borges y Keylor Navas los acusan de difamación. Según explicó el defensor, en el programa Panaroma Deportivo de Radio Columbia, lo que hicieron sus clientes fue una narración de un evento, pero que no existía tal intención de difamar, ofender o tachar el honor de los jugadores.
El caso se remonta al 2018 cuando el exfederativo Adrián Gutiérrez dijo en las emisoras Columbia y Monumental que Navas, actual portero de PSG francés, Bryan Ruiz y Celso Borges, amenazaron con perder partidos si después del Mundial de Brasil 2014 el entrenador colombiano Jorge Luis Pinto continuaba al frente del equipo.
Esto habría ocurrido en una reunión que sostuvieron Navas, Ruiz y Borges con el entonces presidente de la Federación Costarricense de Fútbol, Eduardo Li, y el tesorero Rodolfo Villalobos, quien en la actualidad ejerce la presidencia.
Guevara explicó que para ellos lo sus clientes hicieron en esos espacios periodísticos fue narrar lo que ocurrió en el entorno de ese mundial, pero que no había ninguna mala intención al hacerlo.
“La tesis nuestra la hemos mantenido desde el principio, don Adrián Gutiérrez y don Juan Carlos Román, lo que comentaron y narraron, como un aspecto narrativo, en programas de radio fue un hito histórico que fue el mundial Brasil 2014. Dentro de eso está lo que a ellos le informaron y lo que se discutió en los diferentes comités ejecutivos donde eso se informa”, explicó el abogado.
“Lo que ellos hicieron fue una narración sin ningún afán de difamar y mucho menos ofender o tachar el honor de alguien. Si uno revisa las declaraciones de don Adrián, que fueron las primeras, más bien don Adrián reconoce la entrega que los jugadores tuvieron en el mundial, reconoce el trabajo del equipo técnico, de la parte de asistencia, de la nutricionista y explica todo el desarrollo de los detalles que se le prestó atención y se le dio desde la dirección de Jorge Luis Pinto hasta los temas mínimos como eran temas logísticos”, agregó.
Guevara continuó afirmando que para ellos como la parte defensora del proceso es importante que no hubo en ningún momento un ánimo de afectar a los futbolistas con la narración de los acontecimientos.
“Creo que eso es relevante nunca existió un ánimo de ofender o difamar, sino de narrar lo que a ellos les habían narrado y habían explicado en diferentes reuniones que acaecieron y que se dieron. Son hechos que a ellos les narraron. Nunca dijeron que ellos fueron parte de una reunión específica”, mencionó.
“Nunca existió un ánimo de difamar a ninguna persona y mucho menos atacar el honor de una persona”, reiteró.
Ante la pregunta de cuál es realmente el propósito del juicio si determinar que lo supuestamente dicho por los jugadores es cierto o la intención con la que los exfederativos narraron los hechos explicó que ambas son relevantes.
“Estos tipos de delitos están clasificados dentro del capítulo del delito contra el honor. Una de las defensas también es la excepción de verdad, es decir si lo que yo he manifestado es verdad es relevante. La pregunta es, ¿Qué es lo que es la verdad acá? Lo que se manifestó o no en esa reunión o lo que a nuestros representados y clientes les manifestaron y se discutió en los diferentes comités ejecutivos”, comentó.
“El otro elemento es definitivamente la intención y el dolo, esa intensión detrás de una manifestación y por eso es importante el contexto, es importante entender para qué efectos y con qué intenciones se dio la narración y la explicación de un evento histórico narrado años después según los ojos, experiencia, lo que vivieron y fue informado las dos personas que están siendo acusadas”, concluyó.
El juicio se retomará el próximo lunes cuando declararía el jugador Álvaro Saborío, que también estuvo presente en la reunión entre los jugadores y Eduardo Li. Ese mismo día se presentarán las pruebas documentales.
En este caso los futbolistas reclaman una indemnización de 35 millones de colones (unos 60.000 dólares).
