Fútbol Nacional
Cartaginés: «Las plazas de los barrios se han dejado de utilizar muchísimo»
«Lo que falta es que el jugador deje de ser simplemente un futbolista y se convierta en un deportista integral», afirma el encargado de liga menor blanquiazul, Francisco Valverde. Esta es la posición del club en el trabajo ‘cantera enferma’, investigación de ‘Columbia’ que explora las razones por las que el país no consigue que sus prospectos debuten temprano y se afiancen.
Investigación ‘Columbia’: Cantera enferma: Fútbol tico pelea contra ocho plagas que envenenan a los talentos
+ ¿Puesto que les cuesta encontrar?
Centro delantero.
+ ¿Hay en la liga menor de su equipo un típico ‘9’ nominal, con buena estatura y biotipo internacional?
Hay dos futbolistas con esta característica entre los 15 y los 17 años.
+ ¿Cuál es la posición del campo en la que más aparecen jugadores?
Defensor central de perfil derecho.
Posición de Cartaginés. En Cartaginés encuentran múltiples razones para explicar la explosión tardía de los prospectos, aunque el encargado de la liga menor blanquiazul, Francisco Valverde, cree que hay un factor que puede marcar un antes y un después.
«Lo que falta es que el jugador deje de ser simplemente un futbolista y se convierta en un deportista integral. Eso, más la alimentación y la preparación física. Si usted ve, los futbolistas aquí se consolidan a los 23 años», afirma.
Valverde explica que, en este momento, los clubes hacen un esfuerzo, pero no siempre es suficiente, pues el trabajo del futbolista debe ser más específico y detallado. Es decir, no basta con entrenar en cancha una vez al día.
Mientras en el primer mundo del fútbol, a los jóvenes se les prepara en todos los ámbitos (gimnasio, alimentación, etc), lo que conlleva una fuerte inversión económica, en Costa Rica todavía no se llega a este grado de profesionalismo en la mayoría de clubes de la máxima categoría.
Un trabajo especial de ‘Columbia’ pretende explorar y profundizar en las razones por las que Costa Rica no consigue que sus prospectos debuten a más temprana edad (17 años) y se consoliden, como sucede en otros países.
El encargado brumoso afirma que, en la actualidad, hacen visorías por todos los cantones de la provincia de Cartago y, por lo tanto, encuentran buenos talentos para reforzar sus categorías menores.
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Sin embargo, cada prospecto conlleva muchas horas de trabajo para potenciar sus habilidades naturales. Es decir, no solo basta con encontrarlo.
Valverde también percibe otra complicación: Ya los jóvenes no juegan con tanta frecuencia en las plazas como lo hacían antes.
Este disminuye la cantidad de talentos y, al mismo tiempo, dificulta la formación, pues antes los jóvenes pulían sus condiciones técnicas naturales con horas y horas en la ‘famosa’ mejenga.
Esta costumbre ha desaparecido.
«Hemos encontrado jugadores con las características que se buscan afuera, pero necesitan dedicación y trabajo. Antes era muy fácil con las plazas abiertas, ahora los juegos electrónicos los han consumido mucho», explicó.
«Las plazas de barrio se han dejado de utilizar muchísimo, antes las plazas estaban repletas», concluyó Valverde.