Chinchilla: Nicaragua, a punto de tener una dictadura como la norcoreana
Nueva York, 24 sep (EFE). La expresidenta de Costa Rica, Laura Chinchilla, lanzó fuertes críticas este viernes ante la falta de unidad de la región latinoamericana, al señalar que no ha dejado escuchar su voz con respecto a lo que ocurre en Nicaragua, donde, advirtió «está a punto de que se consolide una dictadura al mejor estilo de Corea del Norte».
Dijo que América Latina, que está «en su punto más bajo de regionalismo», enfrenta varios desafíos, entre ellos en materia de democracia.
«Estamos a solo seis semanas de que en el corazón de las Américas se consolide una dictadura al mejor estilo de Corea del Norte, en Nicaragua», indicó durante el Foro Global América Latina y el Caribe que se realiza en Nueva York organizado por la Fundación Global Democracia y Desarrollo que preside y fundó el exmandatario de la República Dominicana, Leonel Fernández.
Los tres foros realizados hasta ahora por la organización se han llevado a cabo en el marco de la Asamblea General de Naciones Unidas.
Nicaragua enfrenta elecciones generales para presidente y diputados el 7 de noviembre, con los principales candidatos opositores detenidos o inhabilitados, en las que el presidente Daniel Ortega busca la reelección.
Chinchilla hizo el comentario sobre Nicaragua al subrayar la falta de unidad en la región ante varios problemas, lo que ha sido señalado durante el foro, entre ellos por los expresidentes de Chile Ricardo Lagos y Fernández, de República Dominicana.
«Cada vez tenemos menos importancia en muchísimos espacios a nivel internacional, cada vez nos volvemos mas irrelevantes. Me parece que eso confirma que cada vez tenemos menos importancia en cuanto a nuestro aporte a la economía global», situación que dijo se repite en el campo político.
En su intervención en el foro sobre solidaridad y cooperación regional agregó que lo que ocurre en América Latina «no es mas que el mero reflejo de las enormes dificultades para actuar colectivamente porque colectivamente somos insignificantes».
Aseguró que de unirse podrían fortalecer la influencia a nivel global y mejorar el acceso a las vacunas y a la financiación tras la pandemia, como se ha planteado durante el foro de dos días.
También mencionó el problema migratorio de la región y cómo se ha extendido a Haití y a la frontera con EE.UU. así como el tema de las elecciones en Nicaragua.
Advirtió que esa «consolidación de la dictadura» en el país suramericano ocurrirá justo cuando la región está celebrando 20 años de su Carta Democrática «y a plena luz del día».
Se refirió al vigésimo aniversario de la Carta Democrática Interamericana, un documento aprobado en Lima el 11 de septiembre de 2001 (el día de los ataques terroristas en Estados Unidos), con la vocación de defender este sistema político en el continente, ratificado por los países miembros de la Organización de Estados Americanos (OEA).
«Y va a ocurrir después de tres resoluciones de Naciones Unidas, de resoluciones del Consejo Permanente de la Asamblea General, de la OEA…», advirtió Chinchilla.
«Vean qué dramático, ni siquiera la región tiene hoy planeado un encuentro para pronunciarse sobre el tema. Si lo tiene tres días después de que ocurra el fraude que estamos viviendo», sostuvo.
Durante el primer día del foro, en el Union League Club en Manhattan, se habló precisamente del tema de la democracia en la región, en la que analistas alertaron sobre la tendencia al surgimiento de gobiernos populistas y autocráticos.
Entre ellos compartió su punto de vista Daniel Zovatto, director regional para América y el Caribe del Instituto Internacional para la Democracia y Asistencia Electoral (IDEA Internacional), quien afirmó que la región vive un momento de cambios políticos profundos, varios de sus países sufren erosión y deterioro democrático y el acecho del surgimiento de nuevos regímenes autoritarios.
Afirmó que el riesgo mayor es que este nuevo super ciclo electoral, a consecuencia del actual complejo escenario ecónomico-social, el malestar ciudadano y la falta de confianza en las elites y partidos tradicionales, abra camino a mayor polarización, e inestabilidad, una gobernabilidad crecientemente compleja y facilite la llegada al poder de nuevos líderes populistas.