“A las 4 de la tarde empiezan a sonar las sirenas de las patrullas”
José Carlos Pérez, jugador del Xelajú de Guatemala, relata lo que viven los costarricenses en ese país cuando hay toque de queda.
José Carlos Pérez es otro de los costarricenses en Guatemala. Milita en el Xelajú, donde hay aún no hay información sobre suspensión de contratos o del mismo campeonato.
Este miércoles en Guatemala dieron por terminado su torneo, pero el jueves echaron marcha atrás en la decisión tras el reclamo de televisoras y hasta sugerencia de la misma Concacaf.
Según Pérez, su vida transcurre entre un apartamento. Tiene un espacio límite para poder asistir al supermercado y luego debe respetar el toque de queda, estipulado a partir de las 4 de la tarde.
“Al ser las 4 de la tarde empiezan a sonar las sirenas de las patrullas y van pasando por todos los barrios para dar ese aviso de que inicia el toque de queda. Si en ese horario sorprenden a alguna persona fuera de su casa, lo que hacen es que la agarran y la llevan ante un juez donde le impone una multa que va entre los $600 y $3000”, contó el ex jugador de San Carlos y Cartaginés, entre otros clubes.
“Si en ese momento la persona no puede pagar esa multa, entonces lo dejan en esa celda y podrían hasta penalizarte entre 15 y 30 días en prisión. Por eso es que aquí hacen mucho énfasis de que el toque de queda hay que respetarlo, porque al final le va a manchar el historial de antecedentes. A la hora de salir un trabajo o un crédito, te va a salir manchado por esa causa”, manifestó el futbolista en Columbia.
Los jugadores continúan entrenando en sus casas. Él debe cumplir con doble rutina diaria y reportarla a su equipo.
“Acá los supermercados están abiertos hasta mediodía y los restaurantes solo tienen servicio. Con respecto al club no nos han informada nada, porque no hay postura clara de qué va a pasar con el torneo”.