Abogada pide presión a Biden en su próxima visita a Suiza para evitar la extradición de Julian Assange
Ginebra, 4 jun (EFE).- La abogada Stella Morris, pareja de Julian Assange, pidió hoy en un acto de homenaje al fundador de Wikileaks mayor presión para que el presidente de EEUU, Joe Biden, detenga el proceso de extradición del activista, quien según ella sufre un cautiverio inhumano en el Reino Unido y podría perder la vida. (Fotografía: De izq. a der.: Davide Dormino, escultor, Carlo Sommaruga, Consejero de Estado del Parlamento suizo, Nils Melzer, relator especial de la ONU sobre la tortura, Antoine Vey, abogado de Assange y Stella Morris, frente a la escultura en honor a los denunciantes E. Snowden, Chelsea Manning y J. Assange (Suiza, Ginebra) EFE / EPA / MAGALI GIRARDIN).
«Encerrado en una celda metálica de nueve metros cuadrados desde hace dos años y medio, vive una situación con sólo dos posibles salidas: o recupera su libertad, o muere, y si muriera, no será porque cometa suicidio, sino porque le están asesinado», indicó la prometida de Assange, visiblemente emocionada.
La abogada, que tuvo dos hijos con el activista durante el periodo en el que éste se refugió en la embajada ecuatoriana en Londres, pidió de cara a la visita que Biden hará a Ginebra este mes (donde celebrará una cumbre con su homólogo ruso Vladimir Putin) que aumenten en esa ciudad las llamadas para liberar a su pareja.
«Todos deben pedirle que termine esta locura, esta aberración, pues en un mundo sensato su situación no puede ser concebida como algo normal», señaló Morris, quien en varios momentos tuvo que detener su discurso debido a la emoción.
Morris participó en un acto para pedir la liberación de Assange a orillas del lago Lemán, donde mañana sábado se inaugurará una escultura del artista Davide Dormino que homenajea tanto al fundador de Wikileaks como a otras dos famosas voces que revelaron secretos incómodos de la política de EEUU, Edward Snowden y Chelsea Manning.
La estatua reproduce a los tres activistas subidos a sendas sillas, y a su lado hay otro asiento vacío, al que pueden subirse los visitantes para fotografiarse junto a los tres activistas.
«He tomado de la mano la estatua de Assange y la sensación ha sido muy real», señaló Morris, quien relató que no ha visto a su pareja desde el 6 de enero, cuando la Justicia británica denegó a libertad condicional al activista australiano, mientras que sus hijos llevan nueve meses sin ver a su padre.
En el acto participaron otras personalidades como la nueva alcaldesa de Ginebra (Frédérique Perler) o el relator de la ONU contra la tortura, Nils Melzer, quien aseguró que el de Assange es «uno de los escándalos judiciales más grandes de la historia».
«Es la historia de un hombre que está siendo perseguido por haber dicho la verdad sobre la mala conducta de estados y compañías poderosas», exponiendo crímenes de guerra, tortura y corrupción, afirmó.
Assange «está acusado de cumplir el deber de todo periodista, que es obtener y publicar información», añadió Melzer, quien también criticó las condiciones «inhumanas» en las que está encerrado, en la prisión londinense de máxima seguridad de Belmarsh.
«La única razón por la que está ahí es porque quieren evitar que se comunique, que ejerza su profesión, que esté con su familia», denunció el experto de Naciones Unidas.
De ser extraditado a Estados Unidos, Assange podría enfrentar penas de hasta 175 años de prisión por violaciones de la Ley de Espionaje, y según su defensa su salud se ha deteriorado gravemente durante su encierro en Belmarsh. EFE
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