Análisis: La respuesta del técnico de Haití a Matosas
¿Hubo o no error del técnico en la derrota de Costa Rica?
“Tenemos que investigar qué pasó”.
Lo dijo una y otra vez Gustavo Matosas, seleccionador nacional, tras la caída ante Haití, 2-1, en Nueva Jersey.
Matosas quedó extasiado por el primer tiempo, donde la Tricolor iba ganando y monopolizó la bola.
Pero no termina de entender por qué se derrumbó en la segunda parte, cuando tuvo menos control, ocasiones y sufrió los dos goles haitianos.
“Tenemos que investigar qué pasó”.
Repitió y repitió durante la conferencia y enumeró cómo una de las posibles causas lo físico, el trajín del juego tan intenso del primer tiempo.
Pero no. Él mismo dijo el domingo que el equipo estaba “bárbaro” físicamente. ¿.O no era cierto?
También le dio mérito al rival. Y, sí, lo tuvo, pero así como el DT francés de Haití, Marc Collat, supo leer lo sucedido en la primera mitad para contrarrestar en la segunda, Matosas podría haber tenido mejor lectura de juego.
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Él mismo aceptó que pudo haber fallado. “Tenemos que investigar qué pasó (…) si fue algún error del entrenador, eso también juega.
Y sí. Ojo, en el planteamiento inicial Matosas se lució. Pero su colega le ganó el pulso en lectura de juego. A la reacción del galo, el uruguayo no atinó a responder correctamente.
Collat cambió el tú a tú, donde le dio espacio a Costa Rica en la inicial, por un retraso inteligente de líneas. En la complementaria, jugó al contraataque, pero, ¡pero!, con un detalle especial: sacó a sus contenciones e introdujo mixtos veloces, con los que presionó mejor a los volantes ticos.
Costa Rica perdió profundidad y seguridad, Haití se mostró letal en los contragolpes y Matosas metió a Duarte como si el problema fuera la cantidad de defensas (puso línea de cinco tras sacar a Bryan).
Y fue peor el remedio que la enfermedad. El problema era tener las líneas adelantadas y arriesgar el balón cerca del medio, riesgo acentuado con la salida de Ruiz.
Bastaba atrasar líneas y enfatizar posesión por los costados, para anular las posibilidades de contragolpe y, quizás, la inclusión de un contención nato (Yeltsin), pero esa es la cuestión cuando se profesa la romántica ofensividad, aún cuando convenga cerrar los juegos y asegurar, por lo menos, un empate.
Ese empate habría deparado liderato del grupo y evitar a México en cuartos de final.