En el último año, 6 entrenadores destituidos encontraron trabajo en menos de una semana. Otros 2, sin ser separados, dejaron un equipo en pleno torneo para pasar a otro.
Algunos ya estaban destituidos oficialmente; otros estaban en la cuerda floja y el ofrecimiento de otro equipo hizo que su salida fuese “maquillada” como acuerdo de partes.
El transitar de los técnicos de primera división tuvo un nuevo capítulo con la llegada de Luis Marín al Santos de Guápiles. Fue el sexto entrenador que, en lapso menor a una semana, fue destituido y encontró nicho en otro equipo.
Eso ocurrió con el paso de Paulo Wanchope de Cartaginés a Herediano, de José Giacone de Pérez Zeledón a Herediano, de Luis Diego Arnáez de Grecia a La U, de Johnny Chaves de Santos a Pérez Zeledón y de Luis Marín de San Carlos a Santos. A ellos hay que agregar lo de Omar Royero, quien fue separado como entrenador de los sureños, pero fue reubicado como Gerente Deportivo.
Lo de Luis Marín también es atípico. Al nuevo entrenador de Santos lo recomendó el timonel cesado Johnny Chaves, quien producto de la buena relación con el presidente Rafael Arias le sugirió algunas recomendaciones.
“Sé que el profesor Johnny Chaves también estuvo involucrado un poco en la escogencia del nuevo técnico y eso me tiene muy contento. Muy contento con eso” , admitió Marín.
Caso distinto es el de entrenadores como Walter Centeno y Luis Fallas, quienes pasaron de un equipo a otro en pleno torneo sin ser destituidos.
