Baldazos: Aserrín, aserrán, los maderos de San Juan (de Tibás)
Hay morados muy bravos. Basta leerlos en las redes sociales para saber que muchos andan serrucho en mano.
“Piden pan (fichajes bomba), no les dan; piden queso (retener al goleador), les dan hueso”.
Con los dientes de la sierra bien afilados, apuntan al DT, al gerente y al presidente, pero, ¿esos mismos que piden cabezas no levantaban en hombros a Centeno, Cordero y Rojas hace solo seis meses?
El escozor comenzó antes del Apertura, con las cuerdas vocales hinchadas aún de tanto celebrar la 35, cuando se fueron los goles de Christian Bolaños, Ariel Rodríguez, Manfred Ugalde y David Ramírez y solo se llenaron dos cupos de los cuatro.
Además, los que llegaron fueron extremos sin tanto gol (Colindres y Marín); y, encima, ambos en versiones disminuidas de sí mismos.
Opciones había para completar las cuatro vacantes. Pero Saprissa vio como la Liga contrató al goleador de origen morado Álvaro Saborío, quien celebró con los puños tensos y a carcajadas el triunfo del león en Tibás, 2-3… y la 30 (en el Clausura ya abrió una lata de regreso al Norte).
¿Era más difícil convencer a San Carlos y al “Sabo” de volver a Tibás que de irse al archirrival… o fue que no se les ocurrió o creyeron que Álvaro ya estaba acabado?
A Lleida sí se le ocurrió. Y fue el jugador 12, subgoleador del campeón viniendo desde la banca. En NBA le darían lo que llaman el premio Sexto Hombre del Año (mejor suplente).
Ya sobre la marcha, la “S” se inclinó por el exguadalupano Frank Zamora con todo y sus antecedentes, y vio como Cartaginés repatrió al “austríaco” Andy Reyes… que anotó en La Cueva en la victoria brumosa 0-4. Sin llegar a su mejor nivel, el mundialista sub17 en Chile 2015 fue el mejor socio de Marcel en el Apertura.
Y entonces surgió Johan Venegas, quien se erigió como el gran ariete, con cuyos goles la “S” accedió a las semifinales local y de Concacaf. Todo parecía mejorar hasta que la sub23 reforzada (Herediano) la mandó para la casa a ver la 30 rojinegra por tele.
¿Qué depara el Clausura?
“Aserrín, aserrán, los maderos de San Juan (de Tibás)”
“Piden pan (pujó por Venegas), no les dan (lo contrató LDA… y ya abrió sus latas)”… “Piden queso” (pujó por Ramirez), les dan hueso (lo contrató Cartago)”.
Súmele que la cláusula “impagable” de Marcel… la Liga sí pudo pagarla.
Agréguele que el gerente de Guadalupe, Robert Garbanzo, le dijo a Columbia que Saprissa y Alajuelense preguntaron por el extremo Andrés Gómez. ¿Y adivinen qué uniforme escogió? El rojinegro.
Aferrada a una respetable cautela, la directiva morada se apega a un presupuesto. Y respetándolo le alcanzó para traerse dos viejos conocidos de la casa, Bolaños y Ariel, que han salido y vuelto tan frecuentemente, que ya ni se sienten como refuerzos. Pero podrían pegarla, otra vez.
Aunque para algunos está bien ser cautos con el presupuesto en épocas pandémicas, los más críticas claman por soluciones ingeniosas, como cuando la Liga consiguió que un banco invirtiera en Bryan Ruiz.
Otros se preguntan cómo es posible que al Saprissa, con lo inmenso que es, no le salga algún mecenas que le permita pugnar por fichajes y ganarlos, o bien le provea de infraestructura para entrenar y no tener que gastar en eso.
Por más serruchos que persigan el piso por donde caminan los responsables de las decisiones técnicas, gerenciales y financieras, Horizonte Morado ha dicho que no sacaría ni un cinco del presupuesto preestablecido para su propio CAR para que Víctor Cordero reviente bombas al estilo Lleida.
No obstante… ¿Será que de tantos ahorros en pujas perdidas al final alcanza para pescar al pez gordo (alto) que queda en el estanque, Kendall Waston?
Sería una gran adquisición, pero curiosamente contraviene el discurso del “Paté” Centeno, que gusta de centrales con vocación de volantes: veloces, ágiles y técnicos para salir jugando (Kendall es lento, posicional y expedito, con otras virtudes como la fuerza y el juego aéreo).
En fin, se sabe que el aserrín que hacen los mismos morados más enardecidos se convertiría en confeti sí la “S” levanta la 36.
Pese a todo, aunque no es el favorito, se considera que tiene equipo para pelear, muy parecido al que ganó el Clausura 2020, y que el dicho: “no se repartan nada mientras Saprissa esté vivo”, está vigente.
Pero, ojo, no solo hay que estar vivo. Sino despierto.