El Banco Central reporta una drástica reducción de la producción nacional, justificada por el confinamiento y restricción al movimiento de la población, desde mediados de marzo, para contener la propagación del covid.
El Impacto más fuerte fue sentido en abril, cuando se reportó un decrecimiento interanual de 5,7 por ciento, de la producción nacional, medida con el Índice Mensual de Actividad Económica, IMAE.
La demanda externa de los países clientes de Costa Rica se contrajo, lo cual significa un alto impacto para un país cuyas exportaciones e importaciones representan el 66 por ciento del Producto Interno Bruto.
Así por sectores, los servicios de alojamiento y alimentación cayeron 55 por ciento y los de transporte y almacenamiento 44 por ciento.
Aún, la actividad agropecuaria decreció 0,7 por ciento, por la menor demanda externa de piña y banano.
La manufactura disminuyó 5,7 por ciento, con una desaceleración tanto en el régimen definitivo con la menor fabricación de bebidas, frutas y legumbres en conserva, productos de papel, pilas, baterías y materiales relacionados con la construcción, como en los regímenes especiales con la caída en la demanda de implantes mamarios, calzado, plantillas ortopédicas y láminas de hierro y acero.
Construcción cayó más de 11 por ciento y comercio 15 por ciento.
Este último sector fue afectado por el cierre de establecimientos, pero hubo un aumento en la comercialización de productos farmacéuticos y las ventas en supermercados de productos alimenticios y de limpieza.
