Fútbol Nacional
Celso rompe las ataduras de un apellido difícil de digerir para el liguismo

En dos ocasiones, a su padre se le colocó cerca de la Liga, sin que se pudiera concretar su llegada. Al apellido Borges, vinculado desde hace 39 años al saprissismo, le ha costado un mundo romper el romanticismo de los colores. Celso logró lo que no pudo su padre.
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Celso Borges logró lo que, hasta el día de hoy, ha sido imposible para su padre.
El futbolista borró de su frente el sello morado que portan los Borges, propio de un apellido que se vincula al Saprissa desde hace 39 años, cuando Alexandre Guimaraes saltó de Puntarenas a la ‘S’, en el año de 1982.
Como una especie de romance que nunca se rompió por completo, el exfutbolista y ahora entrenador regresó a la ‘S’ en distintas etapas, después de que colgó los tacos.
Dirigió al Saprissa del año 1997 a 1999; luego del 1999 al 2000 y posteriormente entre el 2011 y el 2012.
A ‘Guima’ también se le vinculó a la Liga, sin que en ningún momento se pudiera concretar su llegada. Como en el 2003, cuando Jorge Luis Pinto dirigía al equipo y el entonces presidente, Rafael Ortiz, sondeó su llegada.
El colombiano optó por no aceptar la oferta de renovación y, a priori, la Liga negó cualquier vínculo con Guimaraes, en medio de las negociaciones.
Recientemente, Agustín Lleida se reunió con el entrenador, justo cuando Alajuelense sufría por una mala racha de resultados, al mando de Andrés Carevic. Incluso, se filtró una fotografía del gerente con el entrenador.
Al final, el español negó cualquier acercamiento con Guimaraes.
El camino de Celso. Toda la carrera del técnico en los banquillos ha sido vista de cerca por su hijo, siempre relacionado de cerca con la ‘S’ a causa de su padre, pero también porque se integró a sus fuerzas básicas siendo apenas un niño.
Borges forjó su propia carrera en Saprissa y hasta hace apenas unos días participó en un anuncio del club relacionado a la celebración del bicentenario.
«Mirá, por supuesto que sí (soy saprissista), eso viene desde hace años. Fue el equipo en que crecí, el club de mi padre y el que me abrió las puertas, de eso no hay duda», afirmó Borges, al periodista Yashin Quesada.
Lo cierto es que el hijo consigue lo que, a estas alturas, no logra el padre:
Romper con el recelo de las juntas directivas de Alajuelense de integrar a un futbolista de sepa y corazón morado en sus filas, dejando atrás el sentimentalismo.
Viéndolo desde otra óptica, Celso deja a un lado sus colores de infancia y coloca por encima el proyecto deportivo y los ingresos salariales.
Al parecer, la oferta de Alajuelense y las condiciones deportivas que ofrece el club (como el Centro de Alto Rendimiento), sumado a la buena relación del jugador con Bryan Ruiz, líder del club, influyeron en la decisión.
Celso logra romper la historia: Un Borges vestirá de manudo.
Fotografía: El País, España.