Contrabando ahoga producción de huevos en Costa Rica
La Cámara Nacional de Avicultores estima que ingresan a Costa Rica unos 20 mil kilogramos de huevo de contrabando a la semana, es decir 100 mil kilogramos al mes.
La situación provoca una pérdida aproximada de 60 millones de colones al día a 548 productores debidamente inscritos en el Servicio Nacional de Salud Animal, Senasa y cuyo centro de operación principal es el cantón central de Alajuela.
Los avicultores advierten que este huevo se vende informalmente sin empacar y sin etiquetas, directamente en las calles casa por casa, con pickups y camiones abiertos.
El contrabando ingresa por pasos fronterizos ilegales en las zonas de Sereno, San Vito, Sixaola, entre otras zonas fronterizas con Panamá.
Los contrabandistas acumulan el huevo en bodegas en varias zonas del Valle Central y luego lo distribuyen al resto del país con etiquetas falsas o sin empacar, de acuerdo a información de la cámara.
Pero, la afectación no se limita a temas económicos sino que se extiende a otros de riesgo para la salud de las personas pues el producto se expone al sol y a la contaminación.
El director ejecutivo de la Cámara de Avicultores, William Cardoza celebra que las autoridades atiendan el tema para detener la entrada irregular de huevo a suelo nacional.
Los productores recomiendan a los consumidores no comprar huevos sin los controles sanitarios correspondientes.
En un reciente caso, el Servicio Nacional de Salud Animal, Senasa del Ministerio de Agricultura y Ganadería, decomisaron 17.835 huevos de gallina, tras una inspección en varios establecimientos de la región Chorotega como Santa Cruz, Bagaces, Cañas y Liberia, que se presume ingresaron de contrabando desde Panamá, a través de pasos fronterizos ilegales.
El producto era de dudosa procedencia, con etiquetas falsas, información no coincidente, que impedía corroborar fecha reciente, el origen de la granja o establecimiento de empaque y demostrar si el producto cumplía con las medidas de inocuidad respectivas.
El cargamento fue destruido por los riesgos de salud que representaban por la posibilidad de contener residuos de medicamentos o enfermedades.