Crece número de mujeres en huelga de hambre en Nicaragua
Al menos nueve madres de «presos políticos» se sumaron este lunes a la huelga de hambre que 11 mujeres iniciaron la semana pasada en Nicaragua, para exigir al presidente Daniel Ortega la liberación de sus hijos.
Ahora son 20 las personas que están en huelga de hambre en protesta contra Ortega, en el marco de la crisis sociopolítica que inició en 2018.
El grupo de nueve inició su huelga de hambre en la catedral metropolitana de Managua, mientras que las otras 11 mujeres que empezaron el jueves pasado lo hacen en la parroquia San Miguel Arcángel, en la ciudad de Masaya (Pacífico).
En la parroquia de Masaya también hay cuatro personas, entre ellas el sacerdote Edwin Román, que padece de deabetes sufre ayuno forzoso, debido a que el Gobierno cortó de inmediato el suministro de agua y energía con ellos dentro, y la Policía impide medidas de socorro.
«Me decido sumar a esta huelga por lo que está aconteciendo en Masaya, por la liberación de todos los presos políticos, por la liberación de mi hijo (Francisco Narváez), por que haya un nuevo presidente», dijo Dora Chavarría, poco antes de que la Policía impidiera el ingreso a medios de comunicación en la catedral de Managua.
Hasta ahora se desconoce si la Policía de Nicaragua sitiará de forma permanente la catedral de Managua, al igual que hace con Masaya, pero sí pudo ingresar un grupo de oficialistas que lanzaron piedras contra las personas en huelga de hambre, según denunciaron las víctimas.
La madre de la «presa política» María Guadalupe Ruiz, Luisa Briceño, afirmó que decidió hacer huelga de hambre porque «ya no queremos más represión, queremos que Nicaragua sea libre, que todos los presos políticos salgan, ya no aguantamos más este régimen».
«Con el presidente que tenemos ahorita no me quieren dar los antirretrovirales de mi muchachito, siempre me rechazan, él ya está presentando la enfermedad», sostuvo Chavarría, sobre un hijo preadolescente que la acompañaba, que fue contagiado de VIH en una transfusión de sangre a los 4 años, según dijo.
Sobre el uso de templos católicos para realizar las huelgas de hambre, Briceño explicó que «sólo la iglesia ha respondido por nosotros (víctimas de la crisis)».
El médico José Luis Borge, quien atendió a las madres de Managua, urgió al Gobierno responder las demandas de las madres, ya que a partir del quinto día de huelga de hambre estas tendrán daños irreversibles en órganos vitales.
El conflicto que vive Nicaragua ha dejado cientos de presos, muertos y desaparecidos, miles de heridos y decenas de miles en el exilio.
Según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), al menos 328 personas han muerto en el marco de la crisis, aunque organismos locales cuentan hasta 651, y Ortega admite 200, a la vez que alega ser víctima de un supuesto intento de «golpe de Estado».
Tanto la CIDH, como la oficina de la Alta Comisionada para los Derechos Humanos (Acnudh) coinciden en que el Gobierno de Nicaragua ha cometido crímenes «de lesa humanidad». EFE
La Policía de Nicaragua mantiene este domingo sitiada la iglesia San Miguel Arcángel en Masaya (sureste) donde madres de los denominados «presos políticos» se encuentran en huelga de hambre desde el jueves pasado para pedir la liberación de sus hijos, confirmó el cardenal nicaragüense Leopoldo Brenes.
La Policía Nacional ha reforzado su cerco alrededor de ese templo, al que las autoridades cortaron el agua y la luz desde que 10 madres de «presos políticos» comenzaron con ese ayuno, y cuya cancelación de servicios básicos fue condenada por la Arquidiócesis de Managua, Masaya y Carazo, a cargo de Brenes.
CARDENAL NO PUEDE INGRESAR A IGLESIA
Las autoridades policiales, además de impedir la entrada y salida de la parroquia, o su acercamiento, no permiten el ingreso de agua, alimentos y medicinas, según han denunciado familiares, sacerdotes, grupos de oposición y medios de comunicación.
«Estamos haciendo las gestiones debidas, porque no se puede ingresar (al templo) así no más», explicó a periodistas el cardenal Brenes.
El jerarca afirmó que están haciendo las gestiones para poder ingresar a la parroquia: «cuando tengamos la oportunidad, vamos a ir».
Instó, además, a las instituciones encargadas de la distribución del agua y electricidad a que restablezcan esos servicios como «un gesto de humanidad».
PAPA FRANCISCO ABOGA POR PRESOS
Asimismo, el cardenal Brenes dijo que el papa Francisco pidió al Gobierno del presidente Daniel Ortega que escuche las demandas de las madres y libere a los 152 «presos políticos».
«El santo padre de manera muy privada lo ha hecho (esa solicitud al Gobierno) y ojalá pues que se pueda escuchar la voz del santo padre y pronto esas madres puedan tener a esos hijos en sus hogares de manera especial en Navidad», señaló.
Las madres que se encuentran en huelga de hambre son acompañadas por el párroco de la iglesia San Miguel Arcángel, el sacerdote Edwin Román, y la defensora Yonarqui Martínez, conocida en Nicaragua como «la abogada de los presos políticos» en medio de la crisis sociopolítica que atraviesa el país.
Además es apoyada por los excarcelados Santiago Fajardo y Marlon Powell.
POLICÍA: «SE VAN A MORIR»
Las madres han presentado debilidad por el ayuno, mientras el sacerdote de la parroquia que las acoge, quien es diabético, presenta deshidratación, según han informado ellos mismos a través de un audio enviado a la prensa.
Según la defensora Martínez, los policías que rodean el templo les han dicho: «se van a morir».
Un grupo de periodistas, incluyendo corresponsales de prensa extranjera, no pudieron acercarse a la iglesia porque la Policía ha puesto retenes en las calles de acceso, además por la presencia de seguidores de Ortega en plan de amenazas a los comunicadores, según denunciaron.
Trece jóvenes que llevaron agua a las mujeres la noche del jueves fueron capturados por la Policía y llevados a la cárcel «El Chipote», en Managua, señalada como centro de torturas del Gobierno, donde permanecen recluidos.
84 HORAS DE AYUNO
Las madres cumplieron esta tarde 84 horas de reclamo pacífico en esa parroquia ubicada en la ciudad de Masaya, 28 kilómetros al sureste de Managua, uno de los focos de resistencia contra el Gobierno en el marco de la crisis que estalló en abril de 2018.
La Policía Nacional no ha explicado la razón de su presencia alrededor de ese simbólico templo ni porque impide el acceso al lugar.
Según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), que también condenó el sitio policial, al menos 328 personas han muerto desde el inicio de la crisis política en Nicaragua en abril de 2018, aunque organizaciones locales cuentan hasta 651, mientras el Gobierno de Ortega admite 200 y alega defenderse de un intento de «golpe de Estado».