El conmovedor regreso a casa tras la hospitalización por Covid-19
Como parte del especial «Costa Rica: Un año en pandemia», le contamos la historia de Manuel Obando Picado. Al igual que él, miles de personas en el país lograron superar la enfermedad pese a tener muchas complicaciones que ameritaron largos internamientos.
Don Manuel es un informático pensionado de 66 años, vecino de Cartago. Debido a la pandemia, extremó cuidados pues tiene hipertensión y diabetes, que son factores de riesgo. Prácticamente no salía de la casa y su familia seguía estrictas medidas, pero, como puede sucederla a cualquiera, se contagió.
A inicios de diciembre del 2020, comenzó a sentir dolor de cabeza, aumento en la temperatura y debilidad. Ante las sospechas, el médico le dijo que se hiciera la prueba de Covid-19. Mientras esperaba el resultado, conforme pasaban las horas a los síntomas se sumó la pérdida de apetito.
El 10 de diciembre le confirmaron el positivo de la enfermedad y cuatro días después fue necesario trasladarlo al hospital Max Peralta de Cartago, pues tenía dificultades para respirar.
En un salón para pacientes Covid-19, el oxígeno se volvió su aliado y la incertidumbre comenzó a embargarle. Asegura que la atención en el centro médico fue extraordinaria y recalca que lo cuidaron mucho.
Con el paso de los días, fue testigo de la lucha de pacientes y personal de Salud. Varios de los internados fallecieron y esas imágenes quedarán para siempre en su memoria.
Su familia fue un pilar que lo mantuvo con fuerzas para seguir adelante. Las videollamadas y mensajes le animaban y le hacían sentir el calor que no podía tener físicamente por las restricciones.
Don Manuel cuenta que fue muy duro para él pasar Navidad y año nuevo alejado de sus seres queridos pero confiaba en iba a superar la enfermedad e iba a regresar a casa.
El 8 de enero del 2021, finalmente dejó el Max Peralta y se reunió con los suyos. Su familia lo recibió con carteles y regalos. Los vecinos sonaron el pito de sus vehículos en señal de alegría por el regreso.
La emoción no le cabía en el pecho. Hubo lágrimas y un abrazo con su esposa Nury que estremece a cualquiera que observe la imagen.
A la derecha, don Manuel con su esposa y sus hijos Priscilla, Andrés y Johnatan.
Como secuela del Covid-19, Obando tendrá que utilizar oxígeno por tiempo indefinido; sin embargo, afirma que se siente muy bien. Retomó sus rutinas de ejercicios y ha mejorado su condición física.
Antes de terminar la entrevista, reiteró el agradecimiento al personal del Max Peralta y resaltó el trabajo de la Caja Costarricense de Seguro Social en la atención de la emergencia sanitaria.
Obando quiso cerrar el diálogo con un mensaje de reflexión. Pide a los ciudadanos que mantengan los cuidados, pues de eso puede depender la salud de una persona.