El Papa Francisco vive sus primeros horas en Panamá con una sonrisa, mientras sus cuerpos de seguridad lo hacen con angustia.
Como acostumbra en cada uno de sus viajes, al líder de la iglesia le gusta romper todos los planes de seguridad.
Llegó a las 3:15pm, hora costarricense, a la nueva terminal de Tocumen en Panamá, abierta dos días atrás, para las actividades de la Jornada Mundial de la Juventud.
Fue recibido por el Presidente, Juan Carlos Varela y su esposa. Recibió el saludo de los ministros y se entonaron los himnos, en un acto que no tardó más de 15 minutos.
Ahí rompió todo lo planeado. Le pidió al mandatario poder saludar a algunos de los 2 mil invitados en el Aeropuerto y dió la bendición a los niños, incluyendo un bebé que alzó Varela.
Luego comenzó el recorrido de varios kilómetros. Aunque se anunció que iba en un carro cerrado, Francisco bajó las ventanas y muy alegre, saludó a las personas que lo esperaban a la orilla de la vía.
Otro cambió de última hora fue la decisión de usar el PapaMovil en el resto del recorrido hasta la Nunciatura, aunque estaba previsto que usara otra vez el automóvil cerrado.
El Papa recibió una camisa, rosarios y flores. El único momento de tensión fue protagonizado por un joven con bandera de Venezuela, quien evadió los controles y llegó hasta la ventana del Papa. En una maniobra del chofer lo pudo evadir mientras seguridad estaba lista para actuar.
El Sumo Pontífice aún no da un mensaje en Panamá y será hasta las actividades oficiales de la JMJ.
Este jueves tiene programado reuniones políticas con el mandatorio de Panamá en la sede de gobierno, y conversará con todos los obispos centroamericanos.
Por la tarde participará en el primer encuentro con los jóvenes en la Jornada.
El Papa saldrá de Panamá el Domingo.
