El sufrimiento de Óscar Duarte y el adiós a la peor primera vuelta del Levante en toda su historia
El Submarino Amarillo le asestó tres torpedos nucleares a una de por sí pésima campaña del Levante, que parece condenado al descenso
El equipo donde milita el zaguero costarricense Óscar Duarte, Unión Deportiva Levante, cerró de la peor manera posible, al caer goleado ante el Villarreal por 5-0, una primera vuelta de campeonato para olvidar y que se convierte en la peor en toda su historia en Primera División con ocho puntos y sin haber ganado, por lo que la permanencia es casi una quimera.
La crisis del Levante parece cada semana más grave y el equipo que ahora dirige Alessio Lisci no ha tocado fondo. Colista y a ocho puntos de la zona de permanencia, el cuadro valenciano sólo tenía este puntaje en el curso 2007-08, aunque entonces al menos había ganado dos partidos.
Con cuarenta y un goles en contra, el Levante es el equipo más goleado de la categoría y lleva veintisiete partidos sin conocer la victoria en la Liga. Si los resultados y sus guarismos son paupérrimos, muy similares son las sensaciones de un equipo que en La Cerámica ya había tirado el partido por la borda a los trece minutos con el 2-0.
Sin el capitán Morales en el campo, por culpa del covid-19, los Campaña, Roger, Bardhi, Vezo o Melero se mostraron completamente bloqueados, sin ser capaces de dar tres pases seguidos y totalmente desbordados por sus rivales. El hundimiento del Levante se resumió con la imagen de Campaña al descanso en cuclillas en el césped sin encontrar explicación a lo que estaba ocurriendo.
El post partido tampoco tuvo buenas noticias, pues medio centenar de seguidores acudieron al Ciutat de València para esperar la llegada de los autocares del equipo de Vila-real. Tras un hostil recibimiento, con alguna patada al autobús, los capitanes Coke, Postigo y Roger y el técnico Alessio conversaron durante más de media hora con ellos.
La tensión vivida entre hinchada y plantilla es una gota más en un vaso desbordado, pues el Levante ha despedido ya a Paco López y a Javier Pereira, a la dirección deportiva que dirigía Manolo Salvador y el presidente Quico Catalán está en el ojo del huracán, como quedó demostrado en la Junta de Accionistas del pasado 22 de diciembre en la que soportó duras críticas de sus socios.
Nada en el Levante ha salido bien en este primer tramo de la temporada. Tampoco los fichajes, porque el delantero Roberto Soldado, por el que el club pagó medio millón de euros, llega al ecuador de la Liga sin haber marcado y Enric Franquesa ha cubierto sin demasiado brillo las ausencias de Carlos Clerc en el lateral zurdo.
El presidente Catalán, sin embargo, anunció hace dos semanas ante sus accionistas que pensaba reforzar al equipo en el mercado de invierno. Un central y un extremo son las prioridades de Alessio Lisci, que después de haber recibido trece goles en los cuatro encuentros que ha dirigido tampoco se ha ganado mucho crédito.
Con diecinueve partidos por delante, el Levante tendría que firmar para salvarse una segunda vuelta digna de un equipo que pelea por estar en la Liga de Campeones, aunque todo empieza por ganar este sábado en el Ciutat de València al Real Mallorca ante un rival directo por la permanencia.