Baldazos

¿Es irrespetuoso decirle «Machillo» a Óscar Ramírez?

Al DT de la Selección Nacional, Óscar Ramírez, se le conoce como «Machillo» desde sus épocas de jugador, cuando se dio a conocer como un volante creativo rubio, pequeño de estatura, delgado, pero de enormes cualidades futbolísticas.

Hoy, todo un DT pentacampeón nacional y flamante seleccionador nacional, vale preguntarse si es irrespetuoso que prensa y afición le siga diciendo “Machillo”. Sin tapujos, el presidente de la Fedefútbol le confesó al enviado de Columbia a Copa Oro, José Alberto Montenegro, que le molesta el apodo del técnico de la Tricolor. Lo asume como «chota».

Sin embargo, este columnista siente que la gente le dice «Machillo» con respeto. Incluso, con cariño. Aunque es arisco con la prensa, la afición lo siente cercano, un tico promedio, humilde, trabajador y ejemplar. Exitoso sin jugar de divo. Ni de vivo. Auténtico. O, mejor dicho, autén-tico.

¿Cómo no querer a un héroe de Italia 90?, titular de aquel mítico plantel que abrió la senda hacia la profesionalización de nuestro fútbol.

¿Cómo no admirar a una estrella de la Liga y del Saprissa?, que brilló tanto con el uniforme rojinegro como con el morado.

¿Cómo desconocer al asistente técnico de la “S”, monarca de Concacaf y tercer lugar del Mundial del Clubes? ¿Cómo negar al consagrado pentacampeón nacional al mando de Alajuelense?
Oscar Ramírez es un profesional a carta cabal, que se desvela mientras otros roncan, analizando los videos, pixel por pixel, en busca de cómo perforar al rival sin ser horadado.

Al “Machillo” no lo menoscaba su sobrenombre. Por el contrario, ¡lo enaltece! Aunque el pelo se le oscureciese y ensanchase la figura, a aquel hábil volante que se convirtió en un estratega connotado la vigencia de su apodo honra su pasado como jugador. Recuerda quién es y, por lo tanto, lejos de restarle, le suma la autoridad de gran ex-jugador.

Por tener un apodo famoso no veo desprestigiados al “Loco” Bielsa ni al “Loco” Klopp, ni al “Bolillo” Gómez ni al “Bichi” Borghi, ni al “Ciego” Oblitas ni al “Piojo” Herrera (éste se desacreditó solito por peleón). Ni siquiera al “Huevo” Toressani. Tampoco al “Patón” Bauza, ni al “Pelado” Díaz, ni al “El Generalito” Advocaat, ni al “Muñeco” Gallardo, todos técnicos ganadores. La lista incluye a campeones del mundo como “El Flaco” César Luis Menotti, “El Narigón” Carlos Salvador Bilardo, “El Paul Newman” Marcello Lippi y “El Bigotón” Vicente Del Bosque. Un buen mote es como una marca comercial exitosa, que hace más memorable al producto. “La Jirafa” Charlton, “El Sargento” Capello, “Mostaza” Merlo, etc.

Pongámosle el punto final a la tesis. Una vez, la periodista Gloriana Corrales, del diario La Nación, me contó que, antes de una entrevista, le preguntó directamente a don Óscar:

– “¿Le molesta que le digan Machillo?”.
– “No, para nada. Me lo dicen con cariño, y así lo asumo”, respondió el técnico. Tantán.

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