España vive este jueves un momento histórico. Momento que, además, divide a los españoles en dos: Cuarenta y cuatro años después han exhumado los restos del dictador Franco que permanecían en el Valle de los Caídos, en Cuelgamuros, el lugar que él escogió en 1940 para levantar su mausoleo.
En ese lugar, Franco hizo levantar una enorme cruz de 150 metros y un mausoleo con casi 44 mil cuerpos, muchos de ellos, extraídos de fosas comunes, sin el conocimiento de sus familias.. El Gobierno buscaba sobriedad, pero durante la exhumación ha habido varios incidentes con la familia, que se ha presentado con una bandera preconstitucional. Incluso gritaron «¡Viva Franco!» cuando ha introducido el ataúd en el coche fúnebre, según descripción del diario El País de España y detalles que entrega la agencia EFE.
Solo 22 familiares del dictador han podido presenciar la extracción del féretro, dentro de una carpa en la que también se encontraban la ministra de Justicia, Dolores Delgado, como notaria mayor del Reino.
Relata elpais.com que todos los familiares, así como las autoridades y los empleados de la funeraria han tenido que pasar un escáner para comprobar que no llevaban dispositivos de grabación, y uno de los nietos de Franco, Francis, ha sido obligado a dejar la bandera en la entrada para poder entrar en la basílica. Un nieto ha dicho : “Hoy es un día muy triste. Quieren hacer ver que mi abuelo está solo, pero no lo está”.
Otro momento de tensión se ha vivido cuando la familia ha rechazado reemplazar el féretro de madera por uno nuevo, pese a algunos desperfectos en la madera.
Una vez en la explanada del Valle de los Caídos, al introducir el féretro en el coche fúnebre, familiares del dictador han gritado, ante las autoridades, «¡Viva Franco!» y «¡Viva España!».
El traslado se ha llevado a cabo en helicóptero, el «plan A» del Gobierno si lo permitía la niebla y el viento por ser más corto y más seguro.
La Fundación Franco no obtuvo permiso para manifestarse frente al Valle de los Caídos, donde este jueves apenas se congregó un pequeño grupo de franquistas con pancartas en la que se podían leer mensajes como «Franco vive».
Desde que se ideó la exhumación ha crecido en España, un partido de extrema derecha, Vox, que tiene 24 escaños. Su líder, Santiago Abascal, ha llamado «carroñero» este jueves a Pedro Sánchez. “Quien remueve a los muertos acaba pagándolo, como la maldición de Tutankamon”, ha dicho, de acuerdo con la información de este jueves del diario El País.
Los relatores de Naciones Unidas que en los últimos años han visitado el Valle de los Caídos han recomendado a España en varias ocasiones que resolviera esa anomalía internacional e interviniera en un monumento que hasta hoy seguía dirigido por los mismos principios y decretos que el dictador dejó “atados y bien atados”.
