Fútbol Nacional
Horacio Esquivel: El sicólogo-formador enamorado del ‘calorcito’ de los puertos

«Limón es como la exnovia que tenía familiares que lo trataron a uno bien, en este caso los aficionados», confiesa el extécnico caribeño, hoy semifinalista de la ‘Segunda’ con Puntarenas. Tras cruzar de un puerto a otro, su esencia no cambia. Antes buscaba a los talentos en las playas, ahora se sube a la lancha y los encuentra en las islas.
Antes, se subía a su auto y recorría las playas del Caribe en busca de los talentos que se ‘escondían’ cerca de las costas. Hoy es distinto, se traslada en lancha a las islas del Pacifico y pregunta por los jóvenes más curtidos con el balón.
Para Horacio Esquivel solo cambió el medio de transporte, pero la esencia es la misma. Primero en Limón y ahora en Puntarenas, el técnico escudriña hasta debajo de las piedras para encontrar a esos futbolistas jóvenes que nutren su proyecto deportivo.
«Aquí se ha hecho de todo. Tenemos jugadores de Isla Chira, de Costa Pájaros, ya hemos andado en lancha y hemos ido a recorrer las islas. Yo hago lo mismo que en Limón, la única diferencia es que allá iba a las playas y ahora a las islas», contó Esquivel.
Cuando apareció la opción de dirigir al ‘PFC’, hoy semifinalista en la Liga de Ascenso, el técnico valoró muchos aspectos que disfrutaba con frecuencia en el Caribe.
Por ejemplo, el ‘calorcito’ y la alegría de los aficionados, acostumbrados a las comparzas y a acompañar a los representativos de la provincia.
Son múltiples las similitudes que percibe entre Puntarenas y Limón y que pocos ven. Desde el abundante talento de ambas zonas, la cercanía con la playa y con los puertos, tan arraigados a la propia cultura de los ciudadanos, y la naturaleza.
Otras alternativas. Esquivel afirma que antes de recalar en el club ‘chuchequero’, estuvo cerca de aceptar las ofertas de otros clubes de Primera, e incluso una opción que se presentó en Panamá.
Sicólogo de profesión, al estratega no le gusta hablar de su edad (60 años), pues dice que es solo un número y que el «espíritu interno» no cumple años.
A pesar de que, confiesa, le duele el duro momento que viven los aficionados de Limón, que podrían quedarse sin equipo en Segunda a causa de unos incumplimientos económicos, el estratega dice estar muy compenetrado con los porteños.
«Ahorita mi sentimiento está en Puntarenas, ahorita doy mi vida por ellos. Añoro que Limón vuelva a ser aquel equipo que estaba bajo mi mando, que se jugaba a estadio lleno, que se clasificaba a la fase final y se vivía una gran alegría, pero más que todo por los aficionados, por la gente que ama el equipo», explicó el entrenador a ‘Columbia’.
Tras eliminar a Santa Ana, en una dura semifinal en la que el entrenador confesó que le tocó hablar más fuerte de lo normal, ahora se enfrentará a Liberia.
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Con jugadores de experiencia como Kevin Sancho, Asdrubal Gibbons y Greivin Méndez, el equipo se concentra en el reto de vencer a los pupilos de otro viejo conocido, Mínor Díaz.
Aún cuando la posibilidad de conseguir el ascenso se mira cada vez más cerca, Esquivel lo toma con calma y envía un mensaje de tranquilidad a su grupo.
«Yo no puedo decir que estamos cerquita, la tortuga camina despacio pero siempre adelante. Hemos tratado de ir paso a paso. Hay que sacar el puntaje adecuado para poder continuar. Tengo mucha fe en Dios, en los muchachos y hay que ser respetuoso de los rivales», concluyó Esquivel, el formador de los dos puertos.