Fútbol Nacional

Kevin Briceño: Con la ‘final’ en la mente y el bachillerato en el corazón

 
El día en que Jicaral se juega el partido para evitar la ‘liguilla’, Briceño realiza el último examen que le falta para aprobar bachillerato, un reto doble en medio de una aventura intensa para el arquero, quien visita con frecuencia playa Naranjo, pasa tiempo con su sobrino de seis meses y trabaja horas extra en su hombro. Así es su vida en la Península
 
El 29 de noviembre es un día distinto para el arquero Kevin Briceño, quien podría contribuir para que su equipo no dispute la liguilla por el no descenso, y al mismo tiempo aprobar la materia que le falta para sacar el bachillerato.
 
Dos acontecimientos importantes durante el mismo día, en un semestre con otros aires para el cancerbero de 29 años, casi inamovible en Jicaral desde que el gerente deportivo Martín Arriola lo invitó a formar parte del proyecto.
 
Con dos ‘exámenes’ esenciales a la vuelta de la esquina, Briceño rememora una frase de su padre, cuando apenas era un prospecto.
 
«Recuerdo que cuando era muy joven tuve una lesión en el tobillo, entonces mi papá me decía que dejara de jugar y estudiara, que él me pagaba la carrera, pero tal vez la necedad mía pudo más», confiesa Briceño, con una sonrisa y algo de sentimiento.
 
Hoy, el guardapalos disfruta de una etapa distinta en su carrera. Tiene la ‘final’ en la mente, pero el anhelo de graduarse de bachiller en el corazón.
 
Atrás quedó Saprissa.
 
Quizás, su estancia en el club no acabó del todo bien, pues insiste en que aún no estaba recuperado al 100% de su lesión en el hombro cuando el gerente deportivo, Víctor Cordero, optó por cesarlo del club.
 
A pesar de que le pidió seis meses más para recuperarse de su dolencia, Briceño terminó por abandonar el equipo morado con una lesión, una limitante que le impidió aceptar dos ofertas de trabajo.
 
Solo Jicaral le tuvo paciencia de concluir su recuperación, en un salto que le ha permitido recuperarse, pero también volver a sus raíces.
 
Alquiló un apartamento cerca del estadio del club, pero viaja constantemente a la casa de sus padres, ubicada a solo 35 minutos. 
 
Cerca de su familia, se siente respaldado y al mismo tiempo con nuevas motivaciones en su cabeza.
 
Cuando jugaba en Saprissa, visitaba a su familia cada dos meses, pero ahora pasa mucho tiempo junto a sus padres y hermanos.
 
Hace apenas siete meses nació su sobrino, con quien le gusta compartir, aunque también visita con frecuencia playa Naranjo, pues unos amigos lo suelen invitar al café al menos una vez a la semana.
 
A la playa, los cafés, el tiempo con su sobrino y las horas de estudio, le agrega dos responsabilidades adicionales: Tiene un entrenador personal que lo ayuda a mejorar su estado de forma y un fisioterapeuta que le trata el hombro.
 
 
En un entorno ya de por sí muy familiar, Briceño se encontró con un amigo del colegio que estudió fisioterapia y es quien lo ayuda en su tratamiento.
 
Atrás quedó la presión y, por el contrario, llegó la paz.
 
«Estos 4 meses han sido de mucho provecho. En un equipo grande uno no puede salir a la calle, y esas cosas a uno lo agobian. Ahorita estoy con mi familia cerca, y ahora hago muchas cosas que antes no podía hacer», contó.
 
Lo cierto del caso es que Briceño ha sentido la evolución, que va de la mano con su crecimiento deportivo. 
 
El arquero no suma errores de bulto y es una pieza de alta regularidad en el equipo del timonel José Giacone, que se jugará ante Herediano la posibilidad de evitar la liguilla por el no descenso.
 
Jicaral está dos puntos arriba de Sporting, último del grupo B; por el gol diferencia, un empate les bastaría para salvarse del duelo de coleros.
 
Al mismo tiempo, Briceño dedica horas extra en repasar la materia, porque ese mismo día hará el examen de matemática que le permitiría graduarse.
 
Desde tiempo atrás, en su familia lo motivan a finalizar sus estudios y a empezar la ‘U’, dado que todos sus hermanos son profesionales.
 
Además, es consciente de que su tiempo bajo los palos no es infinito. Su idea es graduarse este año y empezar la universidad el próximo.
  
Puede parecer una ironía, pero por las mismas dolencias en el hombro, al arquero le gustaría cursar la carrera de terapia física.
 
Cerca de su casa, en Nicoya, hay algunos centros educativos que le ofrecen esta opción, que podría llevar de la mano con el fútbol.
 
A pesar de que lleva una vida más tranquila, el guardapalos espera, en el mediano plazo, volver a un equipo grande.
 
 
https://www.youtube.com/watch?v=f3ziVgKgZgE
 

Jose Pablo Alfaro

Periodista y editor web de Deportivas Columbia con más de 11 años de trayectoria en medios de comunicación. Laboró en ADN Radio, el periódico Al Día y la sección 'Puro Deporte' de 'La Nación'. Fue corresponsal de ESPN Deportes Radio para Costa Rica durante nueve años. Bachiller en periodismo, con un diplomado en periodismo deportivo y una especialidad en metodología de fútbol base en MBP School of Coaches. Mención honorífica en premio a periodista del año en 'La Nación' en 2017. Ganó premio internacional 'Pasaporte Abierto' en la categoría originalidad.

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