Fútbol Nacional
La revolución de Bryan Ruiz, escudo y espada de la Liga
Líder, ejemplo, voz de mando en el camerino y único referente capaz de echarse la ’30’ al hombro, sin temores, para acabar con la sequía más larga del club. Es Bryan Ruiz, escudo y espada de Alajuelense.
Ruiz regresó y, quizás sin pensarlo, armó su propia revolución en la Liga.
Asumió la voz de mando en el vestuario, cargó con la presión del título desde el día uno, cuando dijo que Alajuelense tenía que ser campeón siempre y, en la cancha, tuvo una injerencia directa en el crecimiento de la Liga.
Le quitó una carga de encima a Alex López y se convirtió en su principal socio, le permitió a Andrés Carevic jugar con otro tipo de recursos, siendo el enlace directo entre la mediacancha y el ataque, y cuando tenía que aparecer lo hizo, siendo la piedra angular de la corona número 30 de la Liga.
Ruiz se convirtió en el escudo manudo, que era frágil en momentos decisivos del pasado, pero en esta campaña fue capaz de sobrellevar la presión de la mano de su capitán y soportar los momentos más críticos.
Y también en la espada, con una injerencia directa en el funcionamiento rojinegro, filosa cuando fue necesario desplegar e imponer su mejor versión para darle un salto de calidad al funcionamiento del ‘León’.
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17 años después de su debut en Primera con la casaca rojinegra, y tras una larga estancia en el fútbol de Europa, Ruiz volvió al club de su vida para acabar con la sequía más larga de la historia manuda.
«En la Liga todo gira alrededor de lo que Bryan haga y eso libera al resto de los compañeros. Él desde que vino dijo que iba por la 30, pero que se tenía que trabajar muy duro. Bryan ha pesado muchísimo, pero no solo en el terreno de juego, sino dentro del camerino», explicó Mauricio Montero, ídolo erizo.
En principio, se creyó que le pesaría el largo tiempo de inactividad, pues tenía casi un año y seis meses sin jugar en el Santos de Brasil.
Tardó apenas tres fechas y de inmediato se acopló a la dinámica de la Liga, siendo punta de lanza de la mayoría de ataques, dentro de un equipo que finalizó la fase regular como el más goleador del torneo.
Ruiz despejó cualquier duda sobre si haría falta Jonathan McDonald, otrora delantero y referente manudo, y con apenas dos meses en el equipo, se volvió una referencia directa para Carevic, y un ‘técnico’ dentro de la cancha.
«Yo siento que antes era muy parejo, todos los jugadores andaban en un mismo nivel y no había alguien con una jerarquía tan grande, pero llegó Bryan con otro peso. Tiene tanta credibilidad, que si él dice que son las 12 medio día, esa hora es. Lleva en sus espaldas una historia muy grande», agregó Montero.
Por si fuera poco, se convirtió en un referente para los jóvenes, con quienes mantuvo conversaciones constantes durante toda la temporada.
Lo confesó el propio Fernán Faerrón, quien reconoció que Ruiz le había hablado sobre la necesidad de manejar y controlar su carácter.
Y para el propio Carevic, dentro de la consolidación de su planteamiento, que evolucionó con la llegada de Ruiz y el cambio de puesto del catracho López, quien se convirtió en un cinco falso que acompañó siempre a Bryan, en una yunta determinante para Alajuelense en este certamen.
«Bryan desde ahí hizo un gran trabajo, sin tener un desplazamiento físico tremendo, pero sí un desplazamiento inteligente, que hizo jugar a Barlon Sequeira, Alonso Martínez y sobre todo a Jurguens Montenegro», resaltó el entrenador Eduardo Méndez, quien dirigió a Bryan en la ‘Tricolor’.
La Liga gana la 30, Bryan Ruiz vuelve a su casa y levanta la Copa.