Las autoridades costarricenses monitorean la situación de poco más de mil nicaragüenses que se quedaron sin empleo en Panamá y que presionan para llegar a su país natal.
El gobierno panameño autorizó la salida de este grupo con dirección a la frontera con Costa Rica. Medios de ese país informaron que la caravana de buses llegará a Chiriquí donde se tendrá un albergue, hasta que Nicaragua autorice el ingreso.
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La directora de Migración costarricense, Raquel Vargas, informó que el acuerdo solo permite el tránsito controlado de 100 personas, es decir, dos buses de frontera a frontera.
Estos nicaragüenses no se quedarán en Costa Rica y su única intención es regresar a su país. Para todo el operativo, se requiere la autorización de ambos Nicaragua y Panamá, con el ingreso de entrada y salida, para evitar aglomeraciones en los puestos de control.
Estos operativos humanitarios se retomaron esta semana, después de alcanzar un acuerdo entre los tres países. El fin de semana anterior, un grupo de nicaragüenses estuvo varado en Peñas Blancas por varias horas, hasta que el gobierno de Daniel Ortega permitió el ingreso de sus ciudadanos.
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Costa Rica tiene caravanas de frontera a frontera para el transporte comercial en la región. La idea es incorporar los buses con nicaragüenses de manera controlada en estos operativos.
