“Moyano me dijo que no tenían dinero para pagarme”
La irrepetible anécdota de «Bora» cuando lo llamaron para dirigir a Costa Rica 3 meses antes del Mundial de Italia 90.
El 11 de junio se cumplirán 30 años de la gesta futbolística costarricense en el Mundial Italia 90. Si bien es cierto que Italia fue la reina del torneo como país organizador, Costa Rica fue calificada, por los comentaristas y el mismo pueblo italiano, como la princesa del mundial.
A días de cumplir tres décadas de aquella gesta que inició un 11 de junio en Génova Columbia contactó al legendario director técnico serbio-mexicano Velibor “Bora” Milotinovic, quien a sus 75 años reside en México, desde que llegó con su hermano Milos al equipo de la Unam.
Si bien es cierto que Bora no clasificó a nuestro país al mundial de 1990, se le encomendó dirigirla en tierras italianas. La primera decisión fue llevarse el equipo, mucho antes de iniciar el torneo, a una gira de preparación por Europa.
Con ese plantel de jugadores sin experiencia internacional, logró plasmar un equipo de gladiadores, muy táctico, que defendió con honor e hidalguía cada metro dentro terreno de juego y logró avanzar a la segunda ronda con victorias ante Escocia 1-0 y Suecia 2-1. La única derrota de esa primera fase fue ante Brasil 0-1.
“Pero en ese caso fue el señor (Antonio) Moyano, la persona que se interesó que fuera a Costa Rica y yo le contesté que era muy difícil porque el mundial de Italia estaba a tres meses. Moyano me insistió que era un tema de selección”, cuenta Bora, casi treinta años después, con su clásica ironía y sonrisa a flor de labios.
Lo más jocoso hoy en día es que se le intentó contratar sin tener el dinero para pagarle a Bora Milotinovic, quien en esos momentos era un técnico de gran prestigio, porque había conducido a la selección Azteca a cuartos de final del Mundial México 86.
“Pero me dijo Moyano que ellos no tenían dinero para pagarme y le contesté que me dijera cuánto yo debía pagar, más bien, para dirigir a Costa Rica en su primer mundial (risas)”, aseguró a manera de reflexión que él debió pagar, porque era un gran honor conducir a nuestro país en su primera gran final de copa del mundo.
A Bora siempre se le recordará con mucho agradecimiento. Los ticos, en verdad se agarraron de las manos para hacer fuerza por nuestros muchachos, varios de ellos sin experiencia en un avión y en grandes hoteles, pero que les sobró compromiso para defender los colores de nuestra enseña nacional.