»No toda la culpa es de Suárez», »no se ha hecho el cambio generacional»
¿Cuál es la verdad sobre las responsabilidades del técnico colombiano Luis Fernando Suárez? ¿Cuál es el porcentaje que tienen los jugadores y cuál el de la dirigencia?
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La selección Nacional al día de hoy está eliminada del mundial de Catar 2021. Ni siquiera le alcanza para ir a buscar una opción en el repechaje. Pero las eliminatorias mundialistas no son como comienzan, si no, como terminan. ¡Ésa es la fé! Seguimos vivos diría alguien por ahí.
¿Y el cambio generacional? ¿Cuándo se debió realizar? ¿Después de Brasil 2014, después de Rusia 2018? La cuestión es que no se hizo y ahora se están pagando las consecuencias de una generación de salida que hace su último esfuerzo y otra joven que no termina de asumir el reto que se les demanda.
La otra gran pregunta es sobre el verdadero o los verdaderos responsables de este arranque eliminatorio tan pobre de La Tricolor. Pasaron Matosas, González y ahora está frente a esta empresa – en alta mar y con tiempo borrascoso – el cafetero Luis Fernando Suárez, a quien se le señala como capitán y responsable primario.
De acuerdo con su colega Alexander Vargas, manejador del equipo de Guadalupe, es claro en que no toda la responsabilidad corresponde al técnico de la Mayor, si no, que existen decisiones que no se tomaron a tiempo como correspondía.
“No toda culpa es de Suárez. No se ha hecho el cambio generacional”, indicó el director técnico de Guadalupe Alexander Vargas. Queda claro que, entre otras críticas, el timonel guadalupano responsabiliza a quienes no acertaron realizando los cambios generacionales oportunos o exigiendo la renovación (gerencia técnica).
“El recambio de debió realizar hace dos o tres años, véalo usted con las selecciones de Concacaf, entonces yo creo que también aquí se puede”, ratificó el timonel Auriazul.
“El jugador de experiencia siempre es importante porque ayuda a los jóvenes, saben vivir los momentos (del juego), pero lo importante es que en el fútbol nuestro ya debemos de ir materializando el cambio generacional, sin faltarle el respeto a los jugadores de mayor edad”, analizó Alexander Vargas, director técnico de Guadalupe.
En este largo periodo después de la salida del estratega colombiano Jorge Luis Pinto – quien aseguró en Columbia que tenía “trabajados” a cinco jugadores para el recambio – pasaron Ramírez (Rusia 2018), Matosas (de ingrata memoria) y González (transición “light”). Ninguno urgió los relevos y menos fueron exigidos por los dirigentes y gerencias técnicas.
Pasaron siete largos años, pasó parte de la pandemia por coronavirus, el tiempo se hizo anciano y nadie puso el dedo en la llaga para urgir el recambio generacional, que tanto se necesitaba aplicarlo en el momento adecuado.
Siempre fueron las mismas escusas, “qué no había talento”, “que los jóvenes no asumían su responsabilidad”, “que los pocos que habían convocado no sirvieron”, y más y más subterfugios.
Al final, de no clasificar a Catar 2022, los otrora héroes del mundial de Brasil 2014, y de la clasificación a Rusia 2018, podrían terminar como los villanos de la presente eliminatoria.
Mientras en nuestro país las autoridades dirigenciales y deportivas se dormían en los laureles, esperando que los veteranos sacaran la cara eternamente, como si fuesen los “matusalenes” del fútbol, los demás dirigentes del área tomaron decisiones oportunas y acertadas.
Mientras tanto, Estados Unidos, Canadá y México volaban alto, en sus partidos de preparación, con sus nuevos pinos. Los norteamericanos estadounidenses y canadienses son las dos selecciones de menor edad promedio en el continente americano y no por casualidad.
¿Y a los ticos que les ocurrió después de tan soberbia presentación en tierras brasileñas? Simplemente, se quedaron en el tiempo. Viendo como la selección fue perdiendo calidad, capacidad, fuelle y competitividad, después de regresar de tierras brasileñas.
Así el fútbol de nuestro país se quedó observando cómo se marchó Jorge Luis Pinto, sin revisar sus recomendaciones y, lo peor, nunca se tomaron las decisiones a largo plazo cuando se debió.
Pero como muchas veces el fútbol es un deporte que premia hasta los errores, o simplemente, no premia a los mejores, los ticos continúan con la fe de que a partir de este mes de noviembre las cosas cambien para bien y se logren sacar los puntos en Edmonton, Canadá y frente a Honduras en nuestro país.
