4 a 2: Saprissa arrasaba hasta que Kendall Waston le dio oxígeno a Limón
Cuando Saprissa goleaba a Limón 3×0 en apenas 25 minutos, parecía que sometería a los caribeños a una paliza histórica, pero la expulsión de Kendall Waston por patada artera le dio oxígeno a la Tromba del Caribe, que al final perdió por un 4-2 más o menos decoroso.
En 10 minutos Saprissa había creado dos opciones de gol que parecían agigantar al portero visitante. Empero, como desde fuera del área Marvin Angulo comprobó que era improbable batir a Esteban Alvarado, los morados se acercaron más y tanto Orlando Sinclair como Daniel Colindres lo fusilaron dentro de los 16.50 metros, con la complicidad de una zaga blandengue cual flan.
Antes de la tregua, Jimmy Marín también se les metió hasta la cocina a los caribeños no una, ¡sino dos veces!, para irse a descansar con un 4-0 demoledor. A la Tromba del Caribe no le salía nada de nada. Antes del cuarto gol, Kendall Waston incurrió en falta de penal y expusión (artera patada al abdomen contra Darryl Araya), pero «La Rata» Alexander Espinoza reventó la bola en el tubo derecho.
Comenzando la complementaria, «La Rata» se reinvindicó con un sólido remate de palomita que derivó en el 4-1. ¿Aprovecharía Limón el hombre de más? Le costó mucho imponerse, tanto así que el partido se tornó de tú a tú, y Marín perdonó el quinto en un mano a mano contra Alvarado que disparó por fuera. Al menos había mayor equilibrio y no el monólogo previo a la tarjeta roja.
En ese ir y venir, faltando 13 minutos, Espinoza anotó el 4-2, nuevamente de testa, anticipándose a la marca de Sinclair. En el cierre la Tromba del Caribe encimó, pero estuvo más cerca la «S» del quinto, en una filtración de Jonathan Martínez que encontró bien ubicado al novato Warren Madrigal, cuyo balazo entrando al área fue repelido por Alvarado. ¡Arquerazo!
Del otro lado, en contraparte, Aarón Cruz volvió a sembrar su área de dudas. Soltando balones, saliendo en faso, haciendo saques comprometedores. Y se terminó, 4-2, en un partido dinámico, entretenido, como emociones en ambos arcos, pero que se equilibró solo después de la expulsión de Waston.
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