Unidad opositora desconoce la legitimidad del proceso electoral en Nicaragua
Managua, 3 ago (EFE).- La opositora Unidad Nacional Azul y Blanco, compuesta principalmente por los manifestantes que salieron a las calles en abril de 2018, desconoció este martes la legitimidad del proceso electoral en Nicaragua, en el que el presidente Daniel Ortega busca ser reelegido, porque a su juicio no cumple «con las demandas de la ciudadanía» ni «con los estándares internacionales». (Fotografía: En la imagen, la representante del consejo político de la Coalición Nacional, Alexa Zamora. EFE/Jorge Torres/Archivo).
«La Unidad Nacional ha decidido tomar la vía del desconocimiento de un proceso que ha sido deslegitimado por Ortega, al no cumplir con todas las demandas hechas por la ciudadanía nicaragüense, pero también por los compromisos internacionales», dijo la dirigente de la organización Alexa Zamora, en teleconferencia de prensa.
El anuncio lo hizo la Unidad un día después de la inscripción de los candidatos a presidenciales, incluyendo a Ortega, ante el Consejo Supremo Electoral (CSE), en medio del arresto de siete aspirantes presidenciales opositores.
Entre las razones que la organización expuso están que «desde 2018 la dictadura ha impuesto de facto un estado de sitio, conculcando libertades ciudadanas y violentando sistemáticamente los derechos humanos», que «el proceso electoral no cumple con los estándares internacionalmente aceptados», y la «negativa del régimen a un proceso electoral libre, transparente y participativo».
Asimismo, la «aprobación de leyes inconstitucionales, como la ‘Ley de Soberanía’, ‘Regulación de Agentes Extranjeros’, ‘Ley de Ciberdelitos’, o reformas a la Ley Electoral y Código Penal», además del «despojo de personalidad jurídica a dos partidos políticos, incluyendo el Partido de Restauración Democrática (PRD)»,con el que esperaban participar en las elecciones.
RESPONSABILIZAN A COLABORACIONISTAS
Agregó la «intensificación del estado de terror (…) con la intención de descabezar a la oposición y amedrentar a la población», el hecho de que los «principales aspirantes presidenciales por la oposición se encuentran secuestrados y desaparecidos por la dictadura, en el exilio o en la clandestinidad», y la «absoluta parcialidad del CSE» supuestamente en favor de Ortega.
La Unidad, que calificó de «zancudos» (colaboracionistas) a los partidos opositores en contienda, descartó que su posición sea un llamado a no votar, pero confirmó que es para quienes protestaron en 2018, en lo que unos denominaron «insurrección cívica» y Ortega llamó «golpe de Estado fallido».
«Votar o no votar es decisión del nicaragüense, lo que decimos es que su voto, sea nulo, válido, o de protesta, va a caer en el saco roto del fraude», sostuvo el también dirigente de la Unidad Alex Hernández.
En el proceso electoral, cuya fecha cumbre es el 7 de noviembre próximo, participa el oficialista Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) y otros seis partidos o alianzas, incluyendo el Partido Liberal Constitucionalista (PLC), fundado por el expresidente Arnoldo Alemán (1997-2002), y Ciudadanos por la Libertad (CxL).
En dichos comicios Ortega, quien ya gobernó entre 1979 y 1990, buscará su tercera reelección seguida, para un cuarto mandato consecutivo de cinco años cada uno, y segundo con su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo.