Váyase, señor Matosas, ¡pero ya, no el viernes!
Gustavo Matosas se va del fútbol de Costa Rica por la puerta de atrás. Con pésimos números y de una forma penosa. Grotesca.
«No me siento productivo, a veces siento que estoy de vacaciones. En este periodo me he dado cuenta que en la selección me siento improductivo. No es lo que me gusta».
¿Esa sensación no la tenía desde hace días? ¿Por qué renuncia hoy, a dos días de un juego clase A contra una poderosa del mundo, como Uruguay. ¿No le parece eso poco serio, irresponsable?
Según él no es por plata, pero, igual, vaya coincidencia, renuncia justo cuando un equipo mexicano se interesa en él.
Ajá. Y acá tenemos que tragarnos que no es por plata, sino porque, pobrecito, no tiene a los jugadores todos los días, sino cada dos meses en los microciclos. Qué pecadito. Y hasta dijo, con tal de irse, que no se siente técnico de selección y que no aceptaría propuesta alguna. Ya veremos.
Lea también: Gustavo Matosas deja la selección de Costa Rica
La verdad, que se largue. Igual perdió contra Guatemala y Haití. También sucumbió contra Estados Unidos y Perú. Y, seamos honestos, empató con México gracias a un penal regalado por el árbitro. Después se hizo justicia y los aztecas triunfaron por penales, en Copa Oro.
Solo le ganó a las poderosísimas Nicaragua, Bermudas y Jamaica. ¡Nadie lo extrañará! Su estilo de juego simplemente no hace «click» con nuestra idiosincracia. Quiso imponer su estilo, en lugar de respetar nuestra esencia futbolística. Así que: ¡Chau, chau, chau, chauuuuuuuuu!
Eso sí, lo ideal es que se largue ya. Hoy mismo. ¿No sería muy chupa medias darle el privilegio de dirigir a la Selección Nacional de Costa Rica ante Uruguay? No se lo merece.
Además, seamos sinceros, lo que le espera es una rechifla espantosa por la forma como está dejando a la Tricolor, justo cuando trasciende el interés de un equipo de media tabla para muy, muy, muy, pero muuuuuuuuuy para abajo de la liga MX (No el América, ni Chivas, ni siquiera Cruz Azul… sino el Atlético San Luis). Dice él que no es por plata.
En todo caso, señor Matosas, se lo recomiendo: No se exponga a la silbatina. Váyase, pero ya. No se merece volver a dirigir a nuestra amada Selección Nacional.