«A los policías y a mi papá en el cielo: gracias por tanto, perdón por tan poco»

Con este conmovedor mensaje, el hijo del oficial asesinado en Santa Bárbara de Heredia, rindió tributo a su padre y a todos los efectivos de la Policía. El funeral se realizó este viernes 24 de diciembre en la iglesia de Carrizal de Alajuela.
Familiares, amigos, vecinos y un numeroso grupo de policías dieron el último adiós a Juan Rodolfo Chavarría Paniagua, de 61 años, quien el pasado miércoles se enfrentó a unos delincuentes en un supermercado. En la intervención, sufrió un impacto de bala en la cabeza.
El hijo, del mismo nombre que el oficial, dirigió un mensaje en la iglesia antes de que el cuerpo fuera llevado al cementerio de Carrizal.
Expresó que muchas veces no se valora el trabajo de los funcionarios de Seguridad Pública quienes arriesgan la vida para defender a otros de la delincuencia.
«A los policías y a mi papá en el cielo les digo: gracias por tanto, perdón por tan poco. Les debemos mucho», expresó.
Chavarría hijo resaltó que su padre era un apasionado del trabajo, decidido y un hombre generoso.
El capellán de la Fuerza Pública, padre Alexander Rodríguez, calificó a Chavarría como un héroe que ha terminado su guardia en la tierra pero ahora la realiza en el cielo con el «gran X70», código policial que se utiliza para referirse al jefe o al superior.
El sacerdote envió un mensaje de solidaridad a la familia que hoy enfrenta el dolor de pasar Navidad sin Chavarría, quien era esposo, padre de dos hijos y abuelo.
Al oficial fallecido le faltaba apenas un año para pensionarse y le ilusionaba la idea de convertirse en panadero. Su hijo lo describió como un hombre alegre, amante del fútbol y que solía hacer bromas a sus compañeros después de los partidos.
Visiblemente conmovido, el director de la Fuerza Pública, Daniel Calderón, dijo a Noticias Columbia que el recuerdo de Chavarría será una inspiración para los demás policías.
La directora regional de la Fuerza Pública en Heredia, Kattya Chavarría, describió al policía caído como un funcionario ejemplar con altos valores.
La despedida del oficial se hizo con la guardia de honor de la Fuerza Pública. El ataúd estaba cubierto con la bandera de Costa Rica y durante la misa le colocaron la gorra azul, con letras amarillas que dice: Policía.