Empate con sabor amargo para la Liga y de alivio para Saprissa
El 1 a 1 entre manudos y morados le quitó a la Liga la dependencia en sí misma para clasificar, ya que ahora necesita de una “carambola” de resultados en otros partidos y de triunfos propios para meterse en semifinales, mientras que el Saprissa se mantiene en zona de clasificación y no necesita de favores ajenos.
Tácticamente, Torres ubicó su acostumbrado 4-1-4-1, con el juvenil liberiano, Ricardo Espinoza, como “9” sorpresivo, mientras que Centeno mantuvo su conocido 4-3-3, pero del medio hacia arriba con menos tocadores de los acostumbrados y más jugadores explosivos, siendo la novedad Randy Chirino.
Así puestas las fichas sobre el tablero, las rojas y negras se lanzaron sobre la mitad morada; claro, la obligación de ganar para mantener la dependencia en sí misma para clasificar era de la Liga (al Saprissa con el empate le bastaba).
Saprissa, más pragmático y resultadista de lo que dicta la filosofía “Paté”, aguantaba con base en la potencia de sus volantes, quienes retrocedían para respaldar a sus defensores cuando los manudos intentaban presionarles la salida. Pero les quedó poco, poquísimo margen para atacar.
Así transcurrió la primera parte, con mucha bulla alrededor, buen ambiente, pero dentro del rectángulo poco para reseñar, con dos equipos neutralizándose entre sí, dando como resultado un cero en forma de boca bostezando.
El complemento comenzó diferente, con dos jugadas infartantes: Mauricio Vargas atrapó un obús a quemarropa de Rubilio Castillo, que debió haber sido gol, y Ariel Lassiter reventó en el vertical derecho su remate de penal, previa falta de Golobio sobre el mismo 11 erizo. ¿Por qué no tiró Alex López, o Anthony López, más experimentados? Hernán Torres se los quería comer, preso de la ira.
Y luego el partido volvió a su trámite del primer tiempo: Soso, lento, pletórico de imprecisiones. Con retumbo de tambores y emoción en las gradas, pero nada más.
Plagada de lesiones, la Liga simplemente ya no tenía de donde sacar más que lo que tenía en cancha, así que se fue con todo con más garra y corazón que ideas; Saprissa, conforme con depender de sí mismo, decidió ponerle candado al 0x0 con el ingreso de Juan Gabriel Guzmán.
¡Y la Liga consiguió convertir la catedral en un manicomio! Al 92’, Guevara se metió al área, superó a Barrantes, quien se quedó reclamando mano de Allen y vio como el disparo del pequeño extremo pegaba en el tubo derecho y lo empujaba Barlon Sequeira a las redes, 1×0. Otro que reclamó fue el portero Briceño, quien fue expulsado y la «S» tuvo que terminar con 10 hombres y el contención Juan Gabriel Guzmán como guardameta.
Acto seguido, al 97’, Marvin Angulo, de tiro libre, igualó con un magistral derechazo que pasó volando sobre la barrera, imposible para Mauricio Vargas, ¡golazo!, 1×1 (Se repusieron 10 minutos debido a la suspensión del juego al 77′, por presencia de humo de extintores que dificultaba la visibilidad en la cancha).
Y así terminó, con mejor sabor para los morados que para los manudos. Y, lamentablemente, con un nuevo zafarrancho dentro de la cancha.
Foto: Róger Murillo/LDA
