Gracias, don Javier, por dejarnos el listón tan, tan alto
En Columbia Deportiva nunca dejará de resonar la voz de don Javier Rojas González, no solo por la potencia de sus grabaciones (que seguiremos oyendo para aprender de él), sino por el legado que nos heredó: el compromiso periodístico.
Don Javier fue un abanderado del periodismo de opinión, pero jamás del tipo farandulero que campea impunemente en estos días, de ese que monta discusiones artificiales para vender por vender, aunque se note fingido, ¡de ese estilo jamás!, o, como diría él, con su inconfundible tono gravísimo: «¡NO, NO, NO, NO, NO!
Se podía o no estar de acuerdo con don Javier, pero nadie le pudo negar que siempre esgrimió argumentos, que siempre defendió sus posturas con método científico: «Mi posición es ésta, con base en las hipótesis A, B y C, que compruebo de la siguiente manera».
Ninguno pudo con él.
Por eso, modestia aparte, Columbia es Columbia, porque don Javier dejó el listón así de alto, y el actual director de Deportes, don Eduardo Solano, no permite que se baje de allí, manteniéndose el estándar incólume en todos los espacios, y principalmente en los Puntos Decisivos (9 a.m. en Facebook y 4 p.m. en Facebook y la radio), so pena de jalón de orejas.
Don Javier Rojas González nos dejó materialmente, pero sigue y seguirá presente cada vez que se abran micrófonos, porque los periodistas no tenemos permitido dar menos que nuestro máximo potencial, y hablar por hablar es terreno prohibido, arena movediza, un túnel con salida directa a la calle. !Ay de aquel que ose llegar sin prepararse, sin estar bien informado para una transmisión!
Aunque llegar a sus cumbres tibetanas de calidad profesional podría sonar a utópico, porque son pocos los elegidos con una computadora en el cerebro y un cañón en la garganta, intentarlo con ahínco, convirtiéndonos en la mejor versión de nosotros mismos, debe ser el Norte de nuestra profesión.
Gracias por ser ese acicate perenne. ¡Gracias por tanto, don Javier!