Selección Nacional
Aarón Suárez: La ‘esponja’ que más absorbió en Tibás y Alajuela, apresura el paso en la ‘Sele’

En Saprissa era visto como un talento ‘distinto’, al que pulieron desde joven y que nunca imaginaron que partiera a la Liga. La dirigencia tardó mucho en ofrecerle un contrato profesional, a pesar de las sugerencias de los técnicos de la cantera. Así que Liga lo sedujo, lo proyectó y, un par de años después, le llegó su chance en la ‘Sele’. Quienes lo describen afirman que es inteligente y dinámico, aunque su valor agregado es otro: Escucha, observa y corrige como pocos. Suárez afirma que no le pesa la camiseta.
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Aarón Suárez recién se integraba a Escazuceña, la filial rojinegra en la Liga de Ascenso, y el entonces técnico del equipo, Mauricio Montero, detectó que, al ser un volante tan pequeño (1, 65 m), debía soltar más rápido la pelota y moverse con más acierto.
Mermado por su biotipo, la exigencia física no le hubiera permitido al joven despuntar tan rápido, de no ser por una característica propia que Montero reconoció de inmediato:
Escucha, observa y corrige. A los pocos días, el joven ya jugaba de primera intención, conducía menos la redonda y se movía con mucha más claridad cerca del área.
Esto, sumado a su dinámica, pulida técnica e inteligencia para el último pase, lo convierten en un jugador distinto, explicó Montero, que detalla otro aspecto que percibe poco en los jóvenes de su edad.
«Es un jugador callado, de carácter fuerte muy disciplinado y que hace cosas extra antes de salir a entrenar. Él se prepara antes y después de cada partido. Es un futbolista concentrado en lo que quiere. Está ceñido en que debe lograr las cosas que se propone», explicó el ‘Chunche’, hoy técnico del Marineros de Puntarenas.
Quizás, por eso el timonel de la ‘Tricolor’, Luis Fernando Suárez, lo referencia con claridad cuando evalúa las posibilidades para enfrentar a Honduras este martes (7 p.m.), a pesar de que fue hasta hace poco que se unió al plantel, para un microciclo de una semana.
No es para menos. Suárez siempre fue una especie de ‘consentido’ de los técnicos por su juego vistoso, calidad y personalidad en el campo.
Antes de partir a la Liga, se formó durante toda su juventud en el Saprissa, que invirtió múltiples horas en pulir sus condiciones técnicas, pues era visto por los entrenadores como ‘la carta de presentación’ de su camada.
Antes de que ‘cambiara de bando’, el entonces encargado de liga menor, Enrique Rivers, le habría pedido en muchas ocasiones a la dirigencia de ‘Horizonte Morado’ que le ofreciera un contrato profesional. No sucedió.
Su pasado. Desde que estaba en el vientre de su madre, Cindy Zúñiga, el primer regalo que le compró su padre fue un pequeño balón de fútbol, que más tarde se transformó en su único ‘vicio’; Suárez afirma que sus progenitores se lo recuerdan con frecuencia.
En su casa en Moravia no había otro juguete y, conforme fue creciendo, su pasión se incrementó, hasta que lo matricularon en la escuela de fútbol instalada en la plaza de su barrio, ‘Los Genios del Balón’, cuando apenas tenía 4 años.
El joven contó en el podcast de Alajuelense que apenas unos años después de entrenar en la escuela de fútbol, llegó a Saprissa por una recomendación de un amigo de su familia y desde que hizo la prueba en el club, siendo todavía muy joven, se quedó y empezó a escalar categoría tras categoría hasta ‘rozar’ el primer plantel.
Su padre don Mauricio, chofer de bus y morado hasta la médula, afirma que el cambio de ‘camiseta’ se produjo cuando el entonces entrenador del primer plantel tibaseño, Wálter Centeno, les explicó que habría poco espacio para el joven en el corto plazo.
Esto hizo que Suárez se replanteara su futuro en la institución, aunque también envalentonado por otras ‘ofertas’ que su representante le había puesto sobre la mesa y por los consejos de su hermano mayor, quien lo acompañó en todo el proceso.
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El gerente deportivo de Alajuelense, Agustín Lleida, lo conocía y le había ofrecido dejar el Saprissa para firmar con los rojinegros.
Al joven le gustó la idea, pues le prometieron un espacio en las residencias del CAR, lo que evitaría que viajara todos los días desde la madrugada, como lo hacía en el club morado.
También lo sedujeron las condiciones deportivas, especialmente la alimentación, y el discurso de Lleida de potenciar la presencia de talento joven en el primer plantel.
Fue un golpe para la ‘S’, que desde muy temprano formó, desarrolló e incluso ‘amarró’ al juvenil con un contrato ‘simbólico’. En aquel entonces, siendo un niño de clase baja y uno de los principales talentos de toda su liga menor.
Al parecer, el exdirector de las fuerzas básicas del club, Enrique Rivers, fue muy insistente con la dirigencia en pedirle que le ofrecieran un contrato profesional, al considerarlo un talento distinto, pero al final la decisión se tardó demasiado y la Liga se lo arrebató.
Así tal cual, Suárez se fue del equipo de su padre (el Saprissa).
Incluso, el futbolista optó por no contarle a su papá sobre la reunión con Lleida hasta que tuviera el contrato firmado con los manudos, pues no sabía cómo reaccionaría, dado que es un morado ‘envenenado’.
Al final, don Mauricio comprendió su decisión y ahora hasta porta la casaca manuda debajo del uniforme de la empresa autobusera en la que labora.
A pesar de que, por momentos, dudó de su decisión, pues fue enviado al equipo Sub-17 de los erizos cuando se incorporó al club y él pensaba que estaría en una categoría mayor, al final considera que tomó la decisión correcta.
Hoy en día, el entrenador de la ‘Sele’, Luis Fernando Suárez, percibe como «positivo» el rendimiento del volante en los pocos minutos que sumó ante Canadá.
«No le queda grande la camiseta», afirma el colombiano.
Después de dirigirlo en el microciclo de trabajo, lo incorporó al grupo e ingresó de relevo frente a los norteamericanos. La valoración del técnico después del duelo hace pensar que, incluso, podría acumular más minutos ante la ‘H’.
Dinámico, inteligente y con buen pase entre líneas, el mediocampista es descrito por Montero como un tipo que tiene un ‘ritual’ de preparación para cada partido e incluso para asistir en las prácticas.
Al ‘Chunche’ le llama la atención el profesionalismo del joven y cómo, desde que llegó el equipo, estableció metas muy claras de hacia dónde quería llegar.
Es Aarón Suárez, pequeño volante de la ‘Tricolor’ de 1,65 m y 19 años, quien podría ser la sorpresa de Costa Rica frente a los catrachos este martes en el Estadio Nacional.