¡Incontenibles! Los huracanes en la península fueron Aarón Suárez y Alonso Martínez
Huracánicas ráfagas de aire fresco cimbran los estadios cuando la bola pasa por los pies de los jóvenes Aarón Suárez y Alonso Martínez, artífices de la solvente victoria de Alajuelense sobre Jicaral Sercoba, 0-3. Mención honorífica para Marcel Hernández, peligro latente, quien se resarció de las múltiples opciones malogradas con un golazo de tiro libre.
La primera clara fue manuda; un zurdado de Marcel que salió desviado. Y también la segunda, tercera, cuarta, quinta, sexta y etcétera. Las huestes de Rudé dominaban a placer, faltándole «punch», contudencia, la puntada final. Sería cuestión de tiempo.
En medio de la rayeria alajuelense, Leonel Moreira le cometió un claro penal al ariete peninsular Kenny Cunningham, lo barrió como podadora de césped, pero el árbitro David Gómez no lo vio así. Quizá tenía las pestañas incendiadas por el sol inclemente.
Después del minuto de hidratación, Alonso Martínez conectó un pase profundo por derecha, divisó dentro del área al cerebral Aarón Suárez y el bombón lo aprovechó el «25», para batir a Miguel Ajú con sutil toque esquineado. 0-1, al 32′.
Antes de la tregua, Hernández le puso tintes más realistas al ‘scoreboard’. Fue de tiro libre, magistralmente ejecutado, un derechazo que viajó por encima de la barrera, atravesó nubes y bajó para clavarse en el ángulo superior derecho.
El vuelo de Ajú no hizo más que agregarle belleza al tanto. 0-2, al 45′.
Jicaral caía al sótano con la derrota, por lo que se fue adelante en procura del descuento, no le quedaba más remedio. Empero, no hizo sino abrírsele de par en par a una Liga que de por sí los avasallaba. Pasó lo que tenía que pasar, el 0 a 3.
Suárez no quería deberle favores a Martínez y entonces le envió un balón envuelto en papel de regalo, vía aérea, que Alonso bajó con maestría, dándole tiempo de quitarle el moñito, leer la tarjeta y gritarle gol en la cara al pobre Ajú, desamparado por su zaga (50′).
A los 60 minutos Alajuelense ya lucía cansada, pero no físicamente, sino de botar goles. Las opciones se sucedían una tras otra, una tras otra, la mayoría de Marcel. El cuarto no caía por dos razones: 1) de milagro (la que botó Gabriel Torres al 90′ la desvió el ángel de guarda de Ajú) y 2) las intervenciones del propio Miguel. Jicaral solo atinaba a ver los aviones blancos con franjas rojinegras pasándoles a la par, incontenibles.
Con un arquero cualquiera, el marcador habría sido de récord Guinness. Y no un mundano 0 a 3. Así de superior fue la Liga. Pero Ajú no es un portero cualquiera, y le quiso demostrar al dueño de su ficha que está listo para pelearle a Moreira la titularidad en la jaula del león. Quizás el próximo semestre. Nada qué hacer en el gol de Suárez asistido por Martínez ni en el de Martínez asistido por Suárez, »vendido» por su zaga de flan. Mucho menos en el misil teledirigido por Marcel, al ángulo derecho (¡Golazo!).
Fotos: Prensa LDA.
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