Kervin Lacey partió a Guanacaste a vender rice and beans y acabó fichado por equipo a sus 44 años
A pesar de que nunca había jugado un partido oficial de fútbol playa, Lacey convenció a los jugadores del equipo de Sámara durante una ‘mejenguita’ en la arena. Ahora estará en la Primera División de esta liga.
«Todavía estoy delgadísimo», dice Kervin Lacey, al tiempo que suelta una sonrisa. A sus 44 años, un suceso fortuito acabó por sorprenderlo y llevarlo de vuelta a las canchas, cuando partió a Guanacaste para vender rice and beans, y terminó firmando con el equipo de fútbol playa de Sámara que participa en Primera División.
En medio de la pandemia, un amigo cercano le ofreció partir a Sámara, pues consideraba que en la zona había un buen mercado para vender comida caribeña.
En tiempos difíciles, el exjugador de Saprissa, Brujas y Carmelita optó por seguir el consejo y empezó su emprendimiento de comida en Guanacaste.
Fue en un día libre que aceptó una invitación de sus amigos para ir a ‘mejenguear’ a la playa.
Después del partido en la arena, un grupo de jugadores que participaron en el encuentro se le acercó para invitarlo a entrenar con el plantel de Sámara.
«Con esto de la pandemia, empecé a cocinar comida caribeña para ganarme algo extra y entonces los fines de semana íbamos a la playa y se daba la famosa mejenguilla, entonces había varios jugadores de aquí de Sámara, entonces les entró la curiosidad a ver si yo quería jugar», explicó Lacey.
Lacey se animó y después de dos prácticas con el equipo fue aceptado oficialmente en el plantel.
Antes de esta experiencia, ya estaba acostumbrado a jugar con regularidad, ya que después del retiro de las canchas se mantuvo activo, con constantes partidos con sus amigos.
También jugaba con regularidad en la playa, pero sin reglamentación alguna, como se le exige hoy en día en el club.
Tras la invitación, le entró una espinita y decidió probar suerte en el fútbol playa, un desafío que espera cumplir, pues cree que debe cuidar su nombre.
Antes de viajar a Sámara, Lacey confiesa que «hizo de todo un poco».
Trabajó en una filial de Saprissa y también en el Instituto Costarricense de Electricidad (ICE).
En este momento, disfruta de su nueva etapa en el fútbol playa.
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