«No me arrepiento de nada» se ha convertido en una frase cliché de personajes del fútbol, que en su arrogancia creen haberlo hecho todo bien. O al menos así lo expresan de la boca para afuera. Y ponen pretextos. Y le echan la culpa al árbitro, al viento, a otros.
Pero Douglas Sequeira, actual seleccionador de la Preolímpica masculina de Costa Rica, es diferente. Él sí reconoce sus arrepentimientos. Reconoce que en su cabeza le ha dado mil vueltas a un acontecimiento en particular.
Y, como en la Máquina del Tiempo (programa dominical de Radio Columbia), se devuelve al 20 de octubre de 2015, cuando él dirigía al Saprissa.
Aquella fatídica noche Saprissa visitó al Santos Laguna en México, por Liga de Campeones de Concacaf, tras haber ganado el partido de vuelta 2 a 1, en Tibás.
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Al minuto 49 el marcador iba 1 a 1, pero el goleador de Cabo Verde, Djaniny Tavares, marcó el 2 a 1, y fue entonces que Douglas, se sinceró con Columbia, siente que cometió el error de hacer cambios demasiado ofensivos, como poner al extremo Daniel Colindres de lateral izquierdo.
«De eso sí te puedo decir que me arrepiento», dijo con valentía. A la postre, Saprissa perdió 6 a 1.
¿Qué habría pasado si prevalece con un sistema más cauto? Es una pregunta que se ha hecho una y otra vez Sequeira, que también se cuestiona si el resultado hubiese sido distinto habría permanecido al mando del Saprissa, al que llegó interinamente tras el despido de Jeaustin Campos, en aquella época de los «princesos», como se les apodó a algunos jugadores morados.
A la larga, Sequeira fue sustituido por Carlos Watson y el Saprissa se coronó campeón.
