Esta es una recomendación del Organismo de Investigación Judicial (OIJ) debido a casos en los que vendedores fueron engañados y posteriormente los extorsionaron porque los delincuentes conocieron la dirección del domicilio. Imagen con fines ilustrativos.
Todo inicia cuando una persona, de forma honesta y transparente, pone a la venta un artículo en redes sociales o alguna página de Internet.
Un desconocido, que se hace pasar por cliente, contacta al vendedor y le dice que va a hacer la compra. Acuerda el precio y le dice que pagará con un depósito bancario.
Además, afirma que enviará a alguien a recoger el artículo a la casa del vendedor; puede ser un transportista privado, un taxista, alguien de un servicio de encomienda o un conocido.
El estafador envía por Whastapp el comprobante del supuesto depósito, que en realidad se trata de una imagen manipulada. La persona confiada en que ya tiene el dinero, entrega el bien que vendía.
Luego se percata de que no hubo tal depósito y que además perdió el objeto al que pretendía sacarle ganancias.
El asunto no termina ahí. Si la entrega se hizo en el domicilio, el OIJ registra casos en los que estos delincuentes se aprovechan para amenazar a la persona y sacarle más dinero. Lo explica el director de la Policía Judicial, Walter Espinoza.
Recuerde siempre desconfiar de las transacciones que se hacen con personas que usted no conoce. Es mejor no entregar bienes en su vivienda; cite a la persona en sitio público y seguro.
