Guatemala a Costa Rica: »Bájese de la nube, bienvenida a la realidad»
A los aburguesados, críticos de foguearse contra rivales del área, Guatemala los hizo bajados de la nube de la arrogancia. Les demostró que Costa Rica está lejos del primer mundo futbolístico, más próxima al nivel de Uncaf. Se demostró en la capital chapina.
Derrota dolorosa, con dosis de Ubicatex incluida, 1 a 0.
Con espíritu guerrero, sin dar bola por perdida, blindada en un férreo sistema defensivo forjado por el DT Amirini Villatoro, al que muchos ticos “chotearon” en redes sociales por su supuesto parecido con el personaje “Chibolo”, Guatemala le sacó canas verdes al de por sí canoso Gustavo Matosas.
Porque la pinta es lo de menos. Y el DT con pinta de actor fue superado tácticamente por el que parece comediante. En fútbol lo que vale es el resultado.
A la Tricolor no le bastó su legión pletórica de nombres rimbombantes (para el área). Simplemente, no pudo plasmar en la realidad lo que decía la teoría. Eso nunca basta, si no se le agregan buen fútbol y entrega total al vaticinio fatuo.
Consciente de la superioridad individual tica, Guatemala se atrincheró en los últimos 30 metros y regaló la iniciativa. A Costa Rica le tomó tiempo descifrar la clave para abrir la caja fuerte. En el interín, se limitó a la posesión sin riesgos, a pases cortos y a la segura.
La Tricolor generó su primera gran opción al 15’, en un “toque, toque” que abrió cerrojos y le permitió a Allan Cruz ubicar a Joel Campbell solo frente al arco, pero Nicholas Haggen desvió al córner con reflejos gatunos.
A Guatemala le salía todo. Al 31’, Cincotta disparó de lejos y la bola le hizo un pique extraño a Navas después de ligero roce en Waston. Además, Keylor estaba mal ubicado, muy corrido a su izquierda, y por más que se estiró no estuvo ni cerca de rozar el cuero.
Del otro lado, Haggen le negaba la paridad a Cruz dos veces y se convertía en la figura del partido, pero Guatemala también generó sus contraataques, como el que finalizó con disparo de Jorge Vargas y tapadón de Keylor, al 55’.
Matosas hizo ingresar a Matarrita, a George, a Ruiz y Lassiter, pero los locales se había envalentonado, se defendían cada vez mejor y no renunciaban al segundo gol. Los chapines sin legión luchaban cada balón como si fuese el último, corrían la milla extra que parecían no correr los ticos, los internacionales ticos, los ticos que ganan en euros y en dólares.
Triunfo meritorio del equipo local, porque maximizó sus escasos recursos y supo contrarrestar, con base en solidez táctica, a un rival de mayor roce.